28 noviembre 2008

Portazos y cambio climático


Me han contado que hay un Zamora un hombre que está muy preocupado, porque el derrumbamiento de la muralla coincidió exactamente con un portazo que dio él en casa, tres calles más abajo. Para tranquilizarlo, si me lee, les voy a hablar del cambio climático, que es un asunto parecido.
No creo que haya quien discuta que manchar menos es deseable. Por supuesto que hay que reducir las emisiones contaminantes, y frenar el consumo de recursos naturales. Hay que contaminar menos lo mismo que hay que tratar de no dar portazos.
Que el clima está cambiando, tampoco hay quien lo dude. Ni nieva lo que nevaba, ni llueve cuando llovía, ni hay quien se aclare con la ropa que hay que comprar cada temporada, pero a lo mejor hay que preguntarse qué podemos tener que ver nosotros, los humanos, con toda esta historia, y si nuestra aportación es determinante para el problema o es sólo una avellana más en las alforjas del camello.
Nuestras emisiones de dióxido de carbono no ayudan a mejorar el problema, eso fijo, pero seamos serios: ¿desde cuándo se miden las radiaciones solares?, ¿desde hace veinte o treinta años?; ¿desde cuándo sabemos la distancia que nos separa del sol, que nos es constante, ni mucho menos?, ¿desde hace cuarenta años?; ¿desde cuando observamos y cartografiamos las manchas solares?, ¿desde hace una década?
Todas esas variables, por no citar otras, pueden tener una influencia mucho mayor en la temperatura del planeta que todo lo que se nos ocurra quemar por aquí abajo. Hasta los más acérrimos ecologistas reconocen que un dos o un tres por ciento de aumento de actividad solar es más importante para la temperatura de la tierra que todos los efectos invernaderos reales o inventados.
Y no es la primera vez que sucede. Sabemos que ha habido otros muchos cambios climáticos, porque para estas cosas es precisamente para lo que sirve invertir dinero en paleontología y en arqueología, ciencias ambas que parecen inútiles hasta que llegan los problemas verdaderamente gordos. Sirve, por ejemplo, para saber que en Zamora existieron plantas tropicales, y eso significa que en otra época teníamos el clima de Canarias; y sirve también para saber cómo podían vivir en aquellos castillos tan heladores en la Edad Media: porque las temperaturas eran mucho más altas. Sólo es cosa de leer las crónicas y comprobar cómo el cronista se pasma de que se helase una vez el río.
O sea que limpieza sí, y defensa del medio ambiente, pero también un poco de humildad, porque el que se echa la culpa de que el sol alumbre más o menos es como el amigo del portazo, que se siente culpable de lo de la muralla.
Y tampoco es eso.
foto: adaptación de las especies al nuevo escenario

2 comentarios:

  1. ¡Anda! Si va a resultar que conoces al primo de Rajoy.

    Lo cierto es que ha habido una buena cantidad de glaciaciones (anteriores al PP, por lo que no puede echársele la culpa)

    Saludos.

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  2. Lo cierto también es que eso no justifica hacer el cerdo y llenarlo todo de mierda.

    Que a veces dices una cosa y te entienden la contraria. Son la leche los lógicos de hoy en día, ¿eh?

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