15 diciembre 2020

Es imposible que la vacuna falle (un razonamiento cínico)

 

En breve comenzarán las vacunaciones contra el COVID19, y mientras el debate se centra en la seguridad de la vacuna, o en si es mejor que se la pongan antes los políticos que los ciudadanos, lo cierto es que, con un poco de lógica, se puede llegar a la conclusión de que la vacuna va a a funcionar necesariamente, al menos durante un tiempo.

¿Y por qué afirmo algo así? Porque una vez que se haya vacunado a una parte importante de la población, ya no se podrán seguir haciendo PCR ni test de antígenos masivamente. Una vez que se haya empleado la vacuna hay que reducir el número de pruebas, y al reducirse la pruebas se reduce también el número de infectados.

¿Os dais cuenta de que los vacunados darían positivo, no? Un vacunado tiene en su organismo las trazas del virus y tendrá también anticuerpos (con suerte) Un vacunado es un positivo de libro.

Pues esa es la clave. Si los vacunados dan positivo, hay que dejar de hacer pruebas y se reduce, por narices, el número de casos detectados, que es lo que sale en las noticias y lo que preocupa a la gente. Además, un vacunado sigue dando positivo bastante tiempo, así que sólo hay dos opciones: o se pone realmente enfermo, o está sano y vacunado. Se habrá acabado con ese extraño limbo sanitario de los asintomáticos, porque hay enfermos asintomáticos, sí, pero no va a haber vacunados infectantes y asintomáticos, porque esos no son tan fáciles de detectar.

¿Cómo se detecta a un vacunado contagioso, amigos? ¿Qué ocurre con ese grupo de gente que se ha puesto la vacuna, no enferma, pero contagia a los que aún están sin vacunar?

Pues ya os lo digo yo. Esa gente no existe. Y se acabó. La vacuna funciona siempre, porque ese grupo no existe.

Igual que no van a existir todos los casos que dejen de detectarse al reducirse el número de pruebas.

Por eso va a funcionar la vacuna: porque sólo con reducir el número de test, ya soluciona bastantes problemas. Problemas estadísticos, sobre todo, pero menos da una piedra...

07 octubre 2020

El decrecimiento era esto

 


Llevamos años hablando de la necesidad del decrecimiento y de su llegada inevitable. De hecho, hay mucha gente que lleva años repitiendo que es la única salida y que lo único que hay que decidir es cómo queremos plantearlo, porque su llegada será inevitable.

Pues bueno: aquí está. El decrecimiento es esto.

 Decrecer es producir menos, trabajar menos y consumir menos de todo.

Decrecimiento es también vivir menos, elegir a quién se dedican los recursos, a quién se admite en el hospital y a quién se dedican las dosis de medicamentos escasos.

Decrecimiento es plantear el dilema de a qué círculo llega nuestra solidaridad: a nuestra familia, a nuestro pueblo, nuestra región, nuestro Estado, nuestra unión supranacional o a la Humanidad en general. ¿O también a otras especies otorgando derechos a los animales?

El decrecimiento es conflicto. El decrecimiento es riesgo. La mezcla de conflicto y riesgo es altamente explosiva.

El decrecimiento es elegir, y saber que lo haces, entre morir, con una probabilidad del 2% o “no vivir”, con una probabilidad del 98%. De ahí, de ese corrupto dilema, proceden la crispación actual entre quienes exigen que se tomen todas las precauciones y los que prefieren seguir con su vida, asumiendo riesgos y obligando a los demás a asumirlos. Ninguno quiere que sea el otro el que imponga el nivel de riesgo al que hay que mantener la existencia. No hay conflicto más difícil de resolver.

El decrecimiento es aceptar peores condiciones laborales. Aceptar que los que están lejos no podrán acercarse. Aceptar que no podrás ver a los seres queridos, y quizás tendrás que resignarte a saber que han muerto por una carta, un aviso telefónico o un mensaje de texto.

El decrecimiento es dejar, a menudo, el poder en manos de los miedosos, de los cobardes, de  los inactivos, de los que no quieren o no saben emprender, acercando a nuestras vidas la dictadura de la vieja del visillo.

El decrecimiento es relajar la ley pero intensificar el uso de la fuerza.

El decrecimiento es reducir la complejidad pero aumentar el control, reducir la libertad para coordinar en lo posible la administración e lo que va quedando.

El decrecimiento es feudalismo: pequeños señores locales que no temen a instancias superiores, imponiendo su ley sobre súbditos a los que llaman ciudadanos, sobre siervos a los que llaman compañeros, mientras fortifican su castillo y exigen a mano armada el fruto del trabajo de los demás para, dicen, repartirlo mejor.

El decrecimiento es el poder, cualquier poder, poniendo trabas para mejor reservarse la parte de los recursos escasos que los poderosos desean para su uso exclusivo. Ya no hay para todos, amigos, y hay que reducir. Pero vais a reducir vosotros. Eso es decrecimiento.

El decrecimiento es resignación.

El decrecimiento es miedo.

El decrecimiento es sospechar que sobran tres mil millones de seres humanos y preguntarse a cada paso si te va a tocar a ti formar parte del cupo de los sobrantes.

¿Hay más opciones? Claro que sí. Y puede que alguna llegue a convertirse en realidad, pero no sin antes pasar por todos los significados de decrecimiento que he enumerado y otros que me dejo en el tintero.

El decrecimiento puede ser solidaridad, ¿Pero cómo es que no hemos sido solidarios en la abundancia y lo vamos a ser en la escasez? ¿De dónde procede semejante lógica?

El decrecimiento puede ser una enorme mejora medioambiental. Y tanto. No hay más que medir las emisiones de CO2 de los cementerios.

El decrecimiento puede estar lleno de oportunidades. Seguro, ¿pero para ti? ¿De verdad que el decrecimiento va a mejorar la vida del 75% inferior de la población? ¿Con qué base se podría afirmar tal cosa?

El decrecimiento puede representar un avance contra la desigualdad. Igualar por abajo nunca fue difícil.

Y sin embargo, amigos, el decrecimiento está aquí y no hay modo de soslayarlo o aplazarlo. Vamos a decrecer. Estamos decreciendo. Del nuevo equilibrio que se alcance dependerán los años que nos quedan y el futuro de los que vienen tras nosotros. No soy catastrofista por mucho que mi artículo suene negativo: creo que ese equilibrio es posible, y tiene que serlo porque no hay más remedio.

Pero nadie en sus cabales puede desear el decrecimiento. Nadie en sus cabales se va a conformar ahora con un “ya os lo habíamos dicho”.

 

Javier Pérez

02 enero 2020

Ihre Nachbarn werden sich nicht mit ICH BEREITS GESAGT zufrieden geben

Vor kurzem habe ich einen Roman über die dreißiger Jahre mit dem Titel "Schwarze Violine im roten Orchester" veröffentlicht. Die Auseinandersetzung dreht sich um die große Säuberung Stalins von 1937 und wie sie aus Stalins Befürchtung hervorging, dass seine eigene Armee einen Putsch gegen ihn organisierte. Das waren die Tatsachen, die mit Spionage, politischer Konfrontation und schwarzem Roman bekleidet waren, aber die zentrale Idee bestand darin, die Angst als Agent zu analysieren. Etwas sehr Aktuelles, fürchte ich.
Fear ist eine Art außer Kontrolle geratener Tiger, sehr schwer zu reiten. Wenn die Angst entfesselt ist, kann sich nicht einmal derjenige, der sie entfesselt, von seinem Schlag frei fühlen, denn derjenige, der Angst hat, fürchtet sich abwechselnd, was dazu führt, dass eine schwierige Spirale zum Stillstand kommt.
Und heute leben wir in Angst. Es mag noch keine Angst mit all den Buchstaben sein, klar und knackig wie die Messerklinge, mit der sie dich in einer dunklen Straße bedrohen, aber es gibt Angst. Es besteht die Angst, nach der Arbeitssuche in Armut zu bleiben. Es besteht die Befürchtung, dass der Aufwand in keiner Weise belohnt wird. Es besteht die Befürchtung, dass die Zukunft zunehmend grau oder kälter oder weniger ruhig wird.
Einige von uns bemühen sich, die Ursachen des Problems zu identifizieren, und wir treffen uns mit mehr oder weniger Erfolg an Orten wie diesen, um zu diskutieren, ob Energie, Schulden, Überbevölkerung oder Wassermanagement dahinter stehen Gefühl des Unbehagens. Die Mehrheit, vielleicht mit größerem Pragmatismus, macht sich jedoch keine Gedanken darüber, was sie für unkontrolliert hält, und sorgt für eine gesunde psychologische Hygiene, die jedes Problem leugnet oder die Situation für einen weiteren Zyklus derjenigen ihres Lebens verantwortlich macht.
Und so sehr wir uns auch bemühen, über erneuerbare Energien, Basisgemeinschaften, Permakultur und nachhaltige Landwirtschaft zu sprechen, bleiben alle diese Alternativen zum System bestehen und werden eine Minderheit bleiben, wahrscheinlich bis zu zwei Minuten vor dem Zusammenbruch oder wahrscheinlicher bis zu zehn Tage später .
Der Punkt ist, dass jeder, der sich über Ölspitzen, Ressourcenknappheit und Wasserprobleme lustig macht, dort bleiben wird, wenn die Zeit des Herbstes kommt. Das Problem ist, dass alle Technooptimismen, Füllhörner, diejenigen, die glauben, dass etwas erfunden wird oder dass es für unbegrenzte Zeit Ressourcen für alle gibt, auch dort bleiben. Ihr Fehler wird sie nicht auflösen. Ihre Verantwortungslosigkeit wird sie nicht mit Null multiplizieren: Sie bleiben dort und behalten ihre Mehrheit.
Und wenn der große Hit kommt, werden sie sich nicht mit einem "Ich habe es dir schon gesagt" zufrieden geben. Diejenigen, die über diejenigen lachten, die die wirkliche Situation erklärten, die sich über alle Warnungen lustig machten, werden nicht mit den Schultern zucken und einfach verschwinden: Sie werden die Angst verbreiten, einen Schuldigen suchen und weit oben reagieren , des Notwendigen und Zumutbaren. Und wisst ihr warum? Weil sie keine Ahnung haben, was passiert ist, werden sie nicht bereit sein, anzunehmen, was ihnen in den Sinn kommt, und werden in keiner Weise bereit sein, anzuerkennen, dass sie sich geirrt haben. Bestenfalls werden sie sagen, dass eine böse Gruppe alles in einer dunklen gotischen Halle geplant hat, denn es ist besser zu glauben, dass sich jemand an der Steuerung befindet, als zu vermuten, dass das Flugzeug keinen Piloten hat.
Und selbst wenn sie bereit wären, ihren Fehler anzunehmen, was würde es tun? Ich denke, was den Kern der Sache am besten illustriert, ist die Antwort eines Freundes, der versucht hat, ihm über die Energiesituation zu erzählen: „Wenn noch etwas übrig ist, muss man es genießen, und wenn nichts mehr übrig ist, muss man kämpfen, um zu überleben. wie die anderen, wie diejenigen, die es vorzogen, die letzten Krümel aufzugeben. “ Und in seiner einfachen und kurzfristigen Vision hatte er recht.

Sich dessen bewusst zu sein, was passiert, wird Stiche nicht loswerden, an dem Tag, an dem alles zur Hölle geht. Die Kenntnis des ökologischen Landbaus befreit Sie nicht von Plünderern, wenn der Hunger kommt. Ihr Nachbar, derjenige, der sich jetzt von Ihrem Kiefer löst, wenn Sie ihm sagen, dass die Dinge sehr schlecht laufen, wird sich nicht mit einem "Ich habe es Ihnen gesagt" zufrieden geben und mit anderen Energumnos wie ihm bewaffnet an Ihre Tür kommen , um zu nehmen, was in Ihrem Haus gelassen werden kann. Und an diesem Tag, genau wie heute, helfen Ihnen Ihre Gründe nicht weiter. Das Einzige, was Sie an diesem Tag befreien wird, ist, sich mit anderen, ebenfalls bewaffneten Energumnos anzufreunden, die ihre eigene Sprache sprechen und sie mit Schüssen oder Kanonenschüssen auf die Flucht schlagen.
Wenn es fünf Kartoffeln und dreißig Münder gibt, ist der erste, der übrig bleibt, der mit der glücklichen Idee, zu sagen, dass hier niemand mehr übrig ist. Wenn sich Kulturen gegenüberstehen, um eine Lebensweise aufzuzwingen, wird die erste übrig bleiben, die besagt, dass alle Kulturen gleichwertig sind. Wenn die Zeit des Misstrauens und des Opfers kommt und starke lokale Gemeinschaften gebraucht werden, wird als erstes der Kosmopolit übrig bleiben, weil starke lokale Gemeinschaften mit starken sozialen Bindungen, die wir sowohl loben als auch als Lösung vorschlagen, nicht einmal offen sind Weder kosmopolitisch. Wenn die Zeit kommt, sich daran zu erinnern, wie es sich summiert und wie es subtrahiert, werden diejenigen, die jetzt alles durchgehen und sich über das Problem lustig machen, tausend gegen eins bleiben.
Sie werden sich wie bisher zu ihrem eigenen Vorteil umsehen und weiterhin akzeptieren, dass es möglicherweise mehr Gründe als ihre gibt.
Der Tag der großen Debatte, an dem die Realität daherkommt, wer Recht hatte, wird Ihnen wie heute passieren: So wie sie sich über Ihre Gründe lustig machen, weil Sie in der Minderheit sind, werden sie sich über Ihre Rechte lustig machen, wenn Sie sie nicht effektiv verteidigen können. Es wird so sein wie in meinem Roman: Furcht wird jeder Überlegung auferlegt, und einige zum Überleben und andere zum Vergnügen werden das Gesetz auferlegen: „Es ist mir egal, was du gesagt hast. Heute haben sich die Regeln geändert. “ Und es wird wieder die große Säuberung sein.
Die Unschuldigen, die Naiven und die Verblödete.

Original auf Spanisch