20 junio 2007

Por el escaño vacío




Hoy quiero romper una lanza, o un junco aunque sólo sea, porque se nos escuche de algún modo a los ciudadanos que no creemos que los partidos políticos tengan la más mínima intención de representarnos.
Quiero tener la posibilidad de negarme a que esos fulanos a los que han impuesto en las listas, como si fueran lentejas, digan que van a las cortes en mi nombre. En mi nombre no.
No basta con decir y hasta demostrar que no has ido a votar: te dicen que eres igual de responsable. Los que se abstienen dejan la representación política en manos de los demás y reconocen su dejadez o su incapacidad para elegir lo que creen que les conviene. Cuando no se va a votar, baja el índice de participación y los políticos se encogen de hombros porque no ven peligrar su estatus de privilegiados y tiralevitas. Los descensos de participación, ya lo saben ustedes porque están hartos de oírlo, son culpa del clima, de las festividades, o de la final de la copa femenina de voleibol. Son culpa de cualquiera, menos de los políticos.
No basta tampoco con votar en blanco, porque nuestra ley electoral, por si no lo saben, consagra la ley D´Hondt como mecanismo de ajuste entre los partidos mayoritarios y minoritarios. La puñetera ley esta, que resulta complicada de explicar sin que se aburra el personal, implica que los votos en blanco no se cuentan de ninguna manera, a no ser que sea necesario un mínimo de participación, como por ejemplo en el caso de un referéndum que requiera el 50 % de votantes para ser tenido en cuenta. Votar en blanco equivale en la práctica a no votar, por mucho que se quiera de ir que es una forma de protesta. Más que nada es una forma de pataleo contra los candidatos, apoyando el sistema.
En cuanto al voto nulo, se considera una protesta contra el sistema, puesto que se acude a las urnas pero no se respetan las reglas electorales. La diferencia es teórica, doctrinal, o de honrilla, como quieran llamarle, pero a efectos prácticos a los políticos también les importa un cuerno, porque obtienen de igual modo su escaño, su buen sueldo y su coche oficial, cuando procede.
Lo que habría que intentar obtener es que el número total de escños fuera correlativo al número total de votantes, y que los ciudadanos que se queden en casa, voten blanco o nulo, puedan hacer de ese modo que queden escaños vacíos. ¿Que nadie ha defendido a Zamora estos años? Pues nadie representa a Zamora en las próximas elecciones, o van sólo dos a las Cortes en vez de los siete que van ahora.
En ese caso, si el asiento pudiese quedar vacío y su posible ocupante dependiera realmente de los electores, veríamos si se tomaban la molestia de escuchar las quejas reales de la calle o no.
Pero mientras las sillas sean fijas, ellos fingirán que les duele que nos quedemos en casa. Hasta que venga un líder populista y los vapulee. Y entonces será el llanto de todos.
O a lo mejor no, porque a ese político populista o medio loco puede darle todo risa y ser el único que proponga cambiar las normas del pesebre. Nunca se sabe.

17 junio 2007

Divorcio y sopa boba


Entre las noticias cada vez más delirantes que leemos en la prensa, hubo una de hace poco que me llamó especialmente la atención: un juez de Barcelona retiró a una mujer la pensión alimenticia porque esta tenía una relación afectiva con otro hombre, aunque no llegase a demostrarse que convivían.
Sin entrar en si el juez se excedió con su sentencia o no, o si este tipo de casos acaban por meter las instituciones en la cama de uno, a mí se me ocurre preguntarme y preguntarles otra cosa: esa se ora, y cualquier otra, ¿en concepto de qué reciben esa pensión?
Porque no se trata aquí de pensiones alimenticias para los hijos, sino de pensiones compensatorias. ¿Compensatorias de qué?
¿Por qué un se or que se separa o se divorcia tiene que seguir manteniendo a su ex-esposa, o indemnizarla? Si la indemnización es un dinero en que se da en concepto de reparación de un da o, ¿cual es el da o que hay que reparar?
¿No tienen esas mujeres manos y cerebro para trabajar?, ¿no tienen una cabeza para aprender como aprende todo el mundo?, ¿en qué concepto se entiende que un divorcio le da a alguien derecho a vivir de la otra parte a perpetuidad?
Estas cosas eran normales en el franquismo, cuando la mujer había pasado treinta a os metida en casa y tenía que tragar lo que le echaran porque no podía ir a otra parte. Entonces había que conceder una pensión compensatoria para evitar que el dinero condujese a la esclavitud. De acuerdo. ¿pero ahora?, ¿por qué seguimos con la misma canción cuando la mujer se ha incorporado plenamente al mercado laboral?, ¿por qué seguimos entendiendo que a una mujer la tiene que mantener el marido cuando ella puede trabajar si quiere?
A mí lo que me parece es que por aquí hay mucho concepto medieval de virgo roto que hay que pagar, mucha idea enquistada de que una mujer sin un hombre no sirve para nada y que hay que mantenerla porque es una inválida que no se vale por sí misma.
A mí me parece, la verdad, que este concepto es un insulto y un ultraje para la mujer de hoy en día, que estudia, trabaja, se esfuerza, y tiene medios y capacidad de sobra para alcanzar las metas que persiga. No van a quejarse, por supuesto, porque eso de vivir del esfuerzo ajeno y recibir un dinero por nada es algo que resulta agradable, y hasta goloso, pero lo cierto es que son estas cosas las que imposibilitan la verdadera igualdad.
Pero las que ponen la mano nunca creyeron en la igualdad, me temo. Es mejor poner la mano a ver lo que cae.
Porque en este país, cuando se trata de poner las mano ya no existen ni principios, ni convicciones, ni lógica que valga.
De la dignidad no se come, trabajar es de pobres y la igualdad es sólo para las pancartas. No se enga en: es eso.

03 junio 2007

Samaritanos con trabuco



Así, como quien no quiere la cosa, se aprobó hace unos días la nueva Ley del Suelo, una Ley que según Zapatero tiene que ser el pilar sobre el que se asiente el derecho de los espa oles a disponer de una vivienda digna.
Como siempre, la intención suena bien, pero en cuanto se echa un vistazo a la Ley la cosa empieza a oler a chamusquina. A cuerno quemado y chorizo triunfante, para ser más exactos.
Porque resulta que ahora, tras la entrada en vigor de la nueva ley, todos los suelos serán rústicos hasta que no se califiquen de lo contrario, y lo serán con independencia de dónde se encuentren. Parece cosa de poco, pero tiene su importancia: ahora como todos los suelos tienen carácter rústico hasta que la administración competente los considere urbanoso, esta administración, u otra cualquiera, puede expropiarlos para supuestos fines de interés público y pagarlos a precio de terreno agrario.
Con esta ley se deja completamente indefenso al que haya comprado un suelo y vea como al expropiárselo para un pantano, una carretera, un jardín o una promoción oficial, se lo tasan a ochenta céntimos o a un euro el metro cuadrado, que es la tasación de las fincas agrarias en Espa a.
Hasta ahora se podía reclamar el precio de mercado, pero con la entrada en vigor de esta ley no hay reclamación posible porque el terreno es efectivamente agrario hasta que el ayuntamiento decida otra cosa.
Los efectos podemos verlos enseguida: se harán los parques y jardines en los solares de los que no sean afines al partido de turno. Se amenazará con la expropiación al que no pague las comisiones oportunas, y todo, además, quedando bien con los ciudadanos, porque se dirá que es para bien social y beneficio de todos.
¿Qué constructor medianamente honrado se va a arriesgar ahora a comprar un solar para construir dentro de unos a os si el ayuntamiento, o la Junta, o san Periquitín del Monte le pueden expropiar lo que compró y pagarle a ochenta céntimos?
Esta ley, como otras muchas de las que estamos viendo, nos acerca un poco más al imperio del terror; al te callas o te arruino; al pagas o revientas.
Esta ley, como otras muchas de las que estamos viendo, es un ejemplo más de la avidez socialista por criminalizar al que tiene algo, lo que sea, y buscar pretextos de todo tipo para echar mano de lo ajeno.
Y en el fondo, bien pensado, deberíamos alegrarnos, porque dentro de nada nos robarán ya sin buscar justificaciones. Nos robarán porque sólo el muerto de hambre es intachable, mientras que el que tiene algo es porque ha sido un canalla y un miserable.
Esta gente quiere ser Curro Jiménez, que robaba a los ricos para dárselo a los pobres. Y quieren además convencernos de que esa es una postura ética cuando, la verdad, es la única posibilidad rentable.
Más que nada porque robar a los pobres es un negocio de mierda.
Me jodo yo en estos samaritanos.