15 junio 2008

El ruido mata


Dejémonos de historias: el ruido es una forma de agresión, un atentado constante contra la salud de los ciudadanos, contra su dignidad y contra su paciencia. A la larga, o incluso a la corta, lo que parece una cominería, un problema sin importancia, degenera en irritabilidad, en falta de concentración y en una importante degradación física y mental que acorta la vida.
Así, sin pa os calientes: el ruido es en muchos casos responsable de las peleas familiares, de que la gente no se aguante, de que salte a la mínima. Es responsable de que en el trabajo no se dé pie con bola, de que en los estudios el chaval no sea capaz de comprender ese teorema o ese análisis de una oración que no parecen tan difíciles, de que el conductor se distraiga por falta de sue o o por escasez de concentración. El ruido, con su ruptura de los ritmos circadianos, con su constante presión sobre el sistema nervioso, es causante de toda clase de enfermedades nerviosas y cardiovasculares que al final, achacadas a otra cosa, acaban llevando a la sepultura antes de tiempo a muchos millones de personas.
Parezco tremendista, ¿eh? Pues no, oigan. Nada de eso.
Antes, el que tenía con qué, se compraba un jardín, y cuanto más tenía, más grande era el jardín. Ahora que nuestro estilo de vida nos dificulta, o nos impide del todo, el ansiado aislamiento, tenemos que buscar una manera de proteger nuestra salud de este enemigo, porque estoy persuadido, y conmigo muchos especialistas, de que el ruido es más da ino que el tabaco.
Lo que pasa es que el ruido es el producto de la civilización y no se persigue del mismo modo, igual que nadie habla de los cien millones de porquerías que salen de un tubo de escape aunque se sepa de memoria los impronunciables nombres de todos los venenos originados en la combustión del tabaco.
De los tubos de escape mejor no hablar, igual que del ruido, porque suponemos, tenemos que suponer, estamos obligados a tragarnos que el ruido es necesario. Y lo cierto es que el ruido se puede reducir, como se pueden reducir los humos con catalizadores y motor4s menos contaminantes. Del gasógeno de anta o a los motores actuales hay un abismo, ¿no? Porque se quiso. porque se insistió. Porque se invirtió en ello. Sin embargo, el ruido no hace más que empeorar, y todo porque los que lo hacen se sienten más machotes y los que lo soportan se resignan a menudo, dándolo por bueno.
Lo cierto es que lo único inevitable, de momento, es la mala educación, la chabacanería, el menosprecio a la salud de los demás de los que lo imponen. Y si es de noche, con el tácito visto bueno de las autoridades, y para que cuatro se forren vendiendo copas a costa de la salud y la tranquilidad del resto, más que insultante es simplemente canallesco.
En fin, que ya lo decía Montaigne: cuando me encuentro a un hombre a quien no le estorba el barullo estoy seguro de encontrarme ante un imbécil.
Lo malo es que, tal y como está patio, o nos hacemos imbéciles o reventamos.
O a lo mejor es que cuando hay silencio tenemos ocasión de pensar y eso para algunos es muy duro.
Según quién sea uno, eso debe de doler una burrada.

9 comentarios:

  1. ¡Cómo se nota que eres un fumador contumaz y rural!

    Al hilo del ruido, mi trabajo es de los que, en teoría, require concentración, y en algunos de los sitios donde me toca estar no escucho el timbre del móvil; al final, uno se concentra porque no le queda más remedio. Y es que como donde está Ud. nada más se escucha el mugir de las vacas y el canto de los grillos, se me está acostumbrando muy mal. Se viene Ud. un par de días conmigo a una fábrica de estas y verá como al salir le da la impresión de haberse quedado sordo (y es posible que así sea)

    Eso sí, reconozco que no hay mayor putada que te coloquen un bar de copas debajo de casa.

    Saludos.

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  3. Siento escribir aquí sobre algo que no viene al caso, no sabía bien dónde hacerlo para comunicarme contigo...
    Veo que has dejado un comentario en mi blog, me alegro de que hayas pasado por ahí y hayas dejado huella (no suelen hacerlo).
    Querría responderte a lo que me comentas aunque quizá necesite alguna aclaración; quizá no termino de entenderlo.
    Si tus palabras son irónicas, que es lo más probable, te diré que no me considero un artista gráfico y, por otro lado, que el hecho de no haber sido premiada por mis escritos no me quita el derecho de escribir y titular a mi antojo mis tabajos. Por cierto, soy periodista, lo cual, para mi, tampoco supone una especial acreditación para la escritura.
    Si el sentido de tu comentario no era precisamente éste, por favor, acláramelo que estoy encantada de charlar contigo.
    Por cierto, me encanta que ilustres tanto con Beksinski.
    Besos

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  4. Anónimo7:56 p. m.

    Creo que es de los pocos actos de los que me convertiría en intransigente, sobretodo si es de motocicleta. Para mí todas al contenedor sólo por el ruido.

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  5. Anónimo5:21 p. m.

    Sí, señor Sombras Chinescas, existe una cosa peor, tener "vecinos" gitanos. Para simpatizar con esta inefable etnia hace falta ser rico y socialdemócrata ( perdón por el pleonasmo)

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  6. Hay una putada mayor que un bar de copas: un after hours.

    El contraataque rural pasa por despulgar a todos los perros del pueblo psara un frasco y soltar las pequeñas fieras en el local.

    No veas qué ritmo dan...

    :-)

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  7. Estoy contigo, Jesús: son de las pocas cosas que me hacen concebir pensamientos y deseos funestos.

    Espero que no se me cumplan los deseos, proque si no, se forran los traumatólogos.

    Y no es plan.

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  8. El récord de schakelton tampoco está mal...

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  9. Anónimo12:44 a. m.

    Somos muchos los que nos jodemos con un bar debajo de casa y que nos jode lo inepta que es la administracion. Solo sirven para recaudar, pero cuando la cagan, no recogen la mierda. Ole tus guevos. Saludos.

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