20 junio 2008

¡Temblad, ferreteros!


Como se imponga esta doctrina de la multa preventiva, por si acaso, porque vete a saber, porque puede usted cometer un delito y hay que resarcir de antemano al perjudicado potencial, las ferreterías se van a encontrar con un panorama más difícil aún que el que les plantean los comercios chinos con patente de corso.
Si hay que pagar un canon por el disco duro, por el teléfono móvil, por la memoria del ordenador, por los CD, los DVD y hasta por las impresoras, y todo porque son artefactos con los que es posible vulnerar los derechos de propiedad intelectual de los autores, ¿qué no habrá que pagar por los cuchillos, las navajas, las palanquetas, los martillos y hasta las puntas y los cortafríos que ofrecen en las ferreterías?
Es verdad que con todos los artefactos electrónicos que se gravan con el canon se pueden hacer copias ilícitas, piratear canciones, distribuir ilegalmente datos y perjudicar a los legítimos autores, ¿pero no es cierto también que con un cuchillo se puede degollar a una abuela, o a un niño, o apuñalar a un vecino?, ¿no se le puede romper a a alguien la cabeza con un martillo?, ¿y una guadaña?,¡ esas, mal usadas pueden ser terribles, oigan!
Si de lo que se trata es de cobrar por el daño potencial que se puede infligir con el objeto en venta, los delitos posibles a través de los CD vírgenes no son los más graves, ni mucho menos. con esa mentalidad, una ferretería puede ser el museo de los horrores.
Pero no se trata de eso, no se engañen. Nos hacen a todos culpables y nos multan de antemano, contra toda ley y toda lógica, porque lo que cuenta aquí es mantener contentos y con los bolsillos llenos a los supuestos artistas, que son los que luego les sacan a la calle y les mueven las pancartas a los políticos progres.
Lo que cuenta, por supuesto, es subvencionar de modo indirecto a grupos de influencia con gran acceso a los medios de comunicación y que podrían, potencialmente, hacerles mucho daño o dejarles de hacer el caldo gordo desde los micrófonos y los escenarios. Se trata de contentar, con dinero de todos, y llamándonos delincuentes, a un pequeño grupo, muy pequeño, de mal llamados artistas que se empeñan en gestionar los derechos de todos para poder así premiar a los afines y castigar a los díscolos. Porque los que venden de verdad y cobran treinta millones por un concierto, esos, rara vez se quejan.
Se trata, en suma, de desviar dinero a los amigos para que sigan siendo amigos. Cosas de esta izquierda nuestra, que tan aprisa ha aprendido de los caciques y los señoritos de cortijo.
Y lo peor de todo es que algún día, pronto o tarde, llegará el PP al gobierno y no quitará el canon. Por miedo a las iras de cuatro saltimbanquis, por temor a la pancarta, por el qué dirán, por temor a que les llamen fascistas. Y si no, al tiempo.
Amigos, estamos atrapados entre los que tienen cara dura de sobra para robarnos y los que no tienen agallas para impedirlo.
Y como el precedente de cobrar multas preventivas se asiente, a ver quién los baja de esa burra, con lo que les gusta el dinero ajeno.

2 comentarios:

  1. La ampliación de la ley del canon (no hay que olvidarse que ya se pagaba con los CD's y DVD's) es un claro exponente de política clientelista para beneficiar a los que doblaban el índice y se lo ponían sobre el ojo.

    Tendremos que esperar a que apuñalen a Ramoncín y den un martillazo en la cabeza a Sabina para que el canon entre en las ferreterías (¡Cómo se te ocurre darles ideas!). La cuestión es que, como se dispara con polvora ajena, se pegan tiros a troche y moche. Y al final pagamos siempre los mismos, los que no tenemos coche oficial.

    Saludos.

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  2. Cabe preguntarse dónde tenían ese dedo o donde aspiraban a tenerlo.

    Pero en todo caso, no se puede decir que estos no paguen a los que les apoyan, cosa que otros no cumplen.

    Y si no, que pregunten a Liaño...

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