28 noviembre 2008

Comulgar por lo civil


Hablaba el otro día el amigo Rodero de los bautizos por lo civil, y del cachondeo que se imponía poco a poco en la sociedad con ciertas cuestiones por aquello del laicismo, y hablaba con buen tino, como de costumbre.
No me preocupan tanto las pilas bautismales, ni siquiera las del PP, con su terrible olor a amoniaco, como los incensarios de las radios, televisiones y periódicos, que hay que reponer constantemente de tanto como los gastan dando incienso al que reparte los dineros de las campañas de publicidad institucionales.
No me preocupa tanto que se use agua o vino tinto (porque en esta tierra nuestra se supone que por lo civil se bautizará con vino) como que el oficiante pase el cepillo durante la ceremonia con la mano izquierda mientras con la derecha, desde el bolsillo, te apunta con un revólver para incitarte a lo que ahora se llama solidaridad.
No me preocupa siquiera que los bautizos se celebren en la catedral, con su cimborrio bizantino, sus crucifijos, sus capillas y sus canónigos, o en el ayuntamiento, donde por desgracia faltan crucificados, pero sobran también canónigos y capillas, todo es bizantino, todo es cimborrio, cirio, retablo y procesión de concejales que en vez de muros y pilares se prefieren contrafuertes, para sostener el edificio, pero a ser posible desde fuera.
No me preocupa que los padrinos elijan nombre y se comprometan a educar y cuidar al niño si llegan a faltar los padres, o que sean como aquellos otros padrinos de Coppola, sucesores de don Vito Corleone, elegantes empresarios orgullosos de sus orígenes humildes y comprometidos de manera permanente con la idea de que todo es personal y la férrea voluntad de que pase lo que pase parezca es mejor que parezca un accidente.
A mí, como les digo, no me preocupan tanto los bautizos como la comunión, también por lo civil, que nos va a dar el gobierno en cuanto acabe de echar las cuentas de lo que de veras ingresará este año y de lo que tiene comprometido para el gasto. Me preocupa la comunión por lo civil que nos meterá la Junta cuando vea lo que no ha ingresado por los pisos que dejaron de venderse, y la que nos endilgará el ayuntamiento, por lo civil sin duda, con el IBI, el Impuesto de circulación, o cualquier otra tasa, ex-gónada en vez de ex-cátedra, que se les ocurra.
Eso sí que va ser comunión. Ya verán qué hostias...

2 comentarios:

  1. En efecto: de unos presupuestos que no llegaban a todo, cada vez se van inventando más partidas extraordinarias, que no pueden salir más que de las magras costillas del contribuyente.

    Y además de eucaristía, extrema unción, porque nos van a untar a base de bien.

    Saludos.

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  2. los presupuestos van a llegar a donde sea, pero sin recoirtr de donde sobra.

    Date cuenta de que el poder se ha reducido a capacidad de gasto. Un gobierno austero carece de poder.

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