24 noviembre 2008

Atraco premeditado


Según ha anunciado Solbes, se cumplirá en estos días una de las promesas más idiotas del Gobierno. No les propondré que adivinen cual, porque la cosa está complicada: se trata de la publicación de las balanzas fiscales.
Si fuésemos de verdad un país y no una cooperativa de salteadores de caminos, esto sería lo mismo que sentarse una noche en casa a poner en claro qué aporta el padre, qué la madre y qué los hijos y los abuelos a la economía familiar, quién gasta más, y qué vale lo que trabaja cada uno. Si fuésemos un país de verdad ya sería una vergüenza y un despropósito ponerse a debatir tales cosas en la mesa camilla, pero como somos una banda de traperos repartiendo las ropas de un muerto, la publicación de la balanza fiscal, de lo que cada comunidad autónoma pone y recibe de las arcas del Estado, esto va a ser una reyerta con pimienta a los ojos y patadas a las canilllas, como decía uno de mi pueblo.
Y como además de juntar letras me dediqué en tiempos a la economía, les digo desde ya que no se crean una palabra, porque tienen decidido engañarnos como a idiotas. Ni siquiera lo ocultan: publicaron los criterios con que se iba a hacer esta contabilidad con la esperanza, seguramente justificada, de que nadie se los leyera y quienes los leyeran no entendiesen ni jota.
Pero les cuento:
Se considera dinero que una comunidad aporta al Estado la recaudación total de todos los impuestos en esa comunidad. Se considera dinero percibido por una comunidad el dinero que recibe esa autonomía en forma de servicios, obras, infraestructuras y efectivo para sus administraciones.
Hasta ahí, como Dios. ¿Pero qué pasa con las pensiones? Las pensiones se consideran dinero que recibe la Comunidad donde vive el jubilado. O sea, que si la gente se nos fue a trabajar a Barcelona y cotizó allí, y luego, al jubilarse, vuelve a Zamora, se cuenta ese dinero como recibido por los zamoranos y no por la comunidad donde trabajó y cotizó.
Así que además de despojarnos de los brazos y las mentes, en vez de pagarnos en carreteras e inversiones lo que nos corresponde por nuestros impuestos nos pagan con las pensiones ganadas por nuestra gente con sus cotizaciones en Bilbao, Madrid o Barcelona, y nos dicen que con eso ya recuperamos lo que pusimos.
Las pensiones no proceden de lo que los demás pagan, sino de lo que pagó uno mismo, pero a esta tropa de bandoleros le da todo igual con tal de pagar sus peonadas en el sur o sus votos de pesebre a los amigos.
No puede haber mayor descaro, ni mayor desvergüenza, ni forma más repugnante de robar al que ya es pobre.
O a lo mejor sí que la hay y nos enteramos dentro de unos días. Por si acaso, vayan comprando la vaselina.

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