26 noviembre 2008

Caracoles en su tinta


La intervención de los poderes públicos en la economía desvirtúa los mercados, que sin este estorbo se autorregulan perfectamente por el interés de los participantes en ellos. Eso dice la teoría liberal, pilar primero del capitalismo, o lo dice mientras hay beneficios.
La empresas públicas deben privatizarse, de modo que la iniciativa de los particulares, siempre superior a la del Estado o sus organismos dependientes, permita optimizar sus resultados y eliminar la rigidez y la ineficacia de lo que se gestiona con lo común. Este es el segundo pilar, y suele tener razón, pero se refiere sólo a las empresas públicas que ganan dinero.
Porque, amigos, ya lo han visto: cuando llegan las horas malas, cuando las empresas públicas tienen pérdidas, o los bancos pierden de golpe lo que han ganado en los veinte años anteriores, entonces tiene que ser el Estado el que asuma las pérdidas. O sea que las ganancias son del empresario pero las pérdidas son de todos.
Sólo un bandolero puede atreverse a decir lo que dijo hace poco el presidente de la patronal: que debía suspenderse temporalmente la economía de mercado para que el Estado asumiera el descalabro y los peores pufos de esta crisis. Sólo una piara de salteadores puede exigir ahora que la Reserva Federal Americana asuma los bonos basura y las hipotecas impagadas, como de hecho va a hacer para evitar el colapso.
Hay que salir del hoyo, eso está claro, pero si hay que quedarse con las pérdidas, que sea a costa de incautar los beneficios de los años anteriores, los que tan irresponsablemente se generaron prestando a quien no se debía prestar y embarcándose en negocios kamikazes.
Pero verán como eso no sucede, porque un verdadero liberal es el que cree que cada cual debe lucrarse con su habilidad y empobrecerse con sus equivocaciones, y liberales de veras hay muy pocos, o ninguno, me atrevería a decir. Esto no es liberalismo: es embudo. Un embudo para idiotas.
El nuevo orden económico va a resultar que es la conversión de la antigua URSS y China en países capitalista y la transformación de los Estados Unidos en un estado socialista, donde el Estado controla la banca y buena parte de la economía.
El nuevo orden económico, con lo que estamos viendo, va a resultar en un gran estofado de caracoles en su jugo, con un montón de babosos cocinándose en las babas de su propia codicia, o en la salsa de nuestra estupidez, que tragamos con todo lo que nos echan y aún creemos que vivimos en democracia.
Tinta serán estas babas: la que viertan los expertos que nos explicarán que las ganancias, cuando vuelva a haberlas, son suyas y sólo suyas.
Foto: anuncio oficial de lo que debe hacer el ciudadano ante la crisis

2 comentarios:

  1. Esta crisis va a ser el para el liberalismo lo que la caída del muro para el comunismo.

    La única forma de justificar el liberalismo absoluto era que funcionaba, y ahora dejó de hacerlo.

    Saludos.

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  2. No sé: sigue habiendo comunistas y seguirá habiendo liberales.

    la realidad ya no es la piedra de toque de nada.

    Acójonome.

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