25 septiembre 2008

Otra cruz más al calvario



Otro ladrillo en el muro, diría Pink Floid. Pero aquí más que ladrillos nos ponen cruces.
Los políticos dicen a veces algunas cosas como si fuesen evidentes y se quedan tan anchos, mientras los que las sufrimos no caemos en la cuenta de que lo que nos están diciendo es que nos muramos de una vez.
Por ejemplo, hace muy poco dijo Zapatero que le reparto de los fondos entre las autonomías obedecería a un criterio de población, y eso nos condena, sin más, a la destrucción.
La solidaridad que esta gente entiende pasa porque los que ganan mucho paguen más impuestos que los que ganan poco, pero no porque las regiones con mucha riqueza paguen más que las regiones con poca. Lo que le aplican a las personas no saben aplicarlo a las tierras, porque no tienen decencia, valentía ni coraje para ello.
Cuando el principal problema de una tierra es la despoblación, este criterio de reparto no hace más que sellar la losa: no hay gente, y como no hay gente, no hay dinero, por lo que se deteriorarán más aún las prestaciones y los servicios, induciendo a que se marchen los que quedan y a que no vengan los que no están.
El territorio es amplio, y las carreteras se hacen por kilómetros, no por habitantes. El territorio es enorme, y lo aprovechan todos, porque cuando se trata de hacer pantanos o de colocar líneas de alta tensión, entonces sí se acuerdan de nosotros. El territorio lo usan todos los españoles, pero lo sostenemos nosotros con lo que otros usan para subvencionar industrias o mejorar el sistema sanitario.
¿Y qué hacen nuestros políticos locales, de todo signo?, ¿dónde están nuestros representantes? En el pesebre, rumiando, me temo. ¿Cómo es posible que nos digan a la cara que van a reducirnos a la miseria y aquí no abra nadie la boca? Para eso votamos al carnero de Viriato, que por lo menos no come.
Tal y como están la cosas, lo que nos va quedando en esta tierra es el patrimonio artístico y cultural, y según van a repartir el presupuesto, me temo que ateo o no, anticlerical o no, lo único que le queda al zamorano es ponerle la cruz a la Iglesia para que por lo menos no se nos caigan a cachos los cuatro retablos y los cuatro templos que vienen a ver los turistas, porque al paso que vamos, como dependamos de la Junta, estamos perdidos. Y no porque no quieran, sino porque no tendrán con qué.
A veces piensa uno que lo que les gustaría a muchos supuestos gestores es que nos marchemos todos para Madrid, para Barcelona, Bilbao, o cualquier otra gran ciudad. Para tener a todo el rebaño bien junto y gastar lo justo en una sola tubería, un sólo cable y un solo, gigantesco y enorme autobús.
A veces piensa uno que tratan de aniquilar Castilla por miedo a lo que haría si renaciera.

2 comentarios:

  1. Y menos mal que, con el sistema electoral que tenemos, un diputado o senador de Zamora sale más "barato" que uno de Barcelona, que si no sería aún peor.

    Saludos.

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  2. Eso es lo malo. que la injusticia aparenbtemente nos beneficia. Peor no en la práctica. La realidad al final nos convcierte en el relleno del muñeco.

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