20 julio 2008

Ojalá sigan mintiendo


Ahora que George Bush está pensando ya dónde colocar los muebles en su rancho tejano cuando abandone la casa Blanca, y se preocupa de su legado, de lo que deja, de sus aportaciones a la biblioteca del Congreso, los hospitales construidos y las fundaciones promovidas durante su mandato, ha surgido un grupo de ciudadanos y periodistas que, bajo el nombre un tanto pretencioso de "Integridad Pública", ha recopilado novecientas y pico mentiras que el Presidente dijo para apoyar y promover el inicio de la guerra de Irak.
La listas es larga y dolorosa, y pasa, como saben, por la existencia de armas nucleares, químicas, bacteriológicas y hasta muñecos de Micky Mouse rellenos de esporas de antrax, si se descuidan. No dijeron ni una sola verdad, ni sobre lo que había, ni sobre sus intenciones, ni sobre sus planes para el futuro. Eso está comprobado, creo yo, pero seamos serios: ¿se ha dicho alguna vez la verdad sobre las causas del inicio de una guerra?
Si se pone uno a investigar las cosas con un mínimo de rigor, las dudas acaban por imponerse. ¿Alguien sabe por qué demonios empezó la Primera Guerra Mundial? Les aseguro que por el asesinato del archiduque Francisco Fernando en Sarajevo no fue, aunque se diga tal cosa. ¿Y por qué empezó la segunda Guerra Mundial?, ¿porque los nazis invadieron Polonia? Sí, claro: por eso atacaron Polonia los alemanes y los rusos a la vez y Occidente sólo declaró la guerra a Alemania. Por eso, cuando acabó, Rusia había invadido media Europa y no pasó nada. ¿Y la de Cuba?, ¿porque los españoles hundimos no sé qué barco? ¡Venga ya! ¿Y por qué empezó la guerra de Vietnam?, ¿Y la de Yugoslavia?
Siempre ha sido lo mismo: mentiras y más mentiras para ocultar la verdadera naturaleza de las causas, mucho menos confesables de lo que en democracia pueden dar a entender los gobernantes. Y mejor que sea así, háganme caso. Mucho mejor.
Lo malo será el día en que la moral ciudadana esté ya tan corrupta que se pueda decir, impunemente, que se va a la guerra para hacerse con los recursos de un país, o que se va a la guerra para evitar que tal o cual nación compita con nuestros productos. Lo malo será cuando se diga, sin rebozo y sin rubor, que la guerra se empezó para enriquecer a cuatro multinacionales, para reactivar la economía o para mandar al frente a morir a los jóvenes que, en caso contrario, podrían organizar una revolución en el interior.
Mientras los políticos necesiten mentir será porque la sociedad sigue necesitando razones aparentemente éticas para lanzarse a la orgía de destrucción. Y mientras la sociedad necesite buenas razones será porque no se ha entregado aún de corazón a las malas.
Lo terrible, créanme, será el día que para ir a la guerra baste con decir verdades.
Ni en el Infierno han llegado a tanto.

2 comentarios:

  1. Lúcida reflexión.

    Últimamente, tus mensajes caen en el blog como aguaceros de verano, será por la estación.

    Saludos.

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  2. Será prtoque pretendía reflejar en estre blog los artículos que voy publicando en la Opinión de Zamora y llevo un atraso como de tres meses o más, y aestoy aprovechando para ver si sumo unos cuantos aquí y por lo menos el desfase no aumenta.

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