07 julio 2008

El mortal empate

Viene publicándose estos días una encuesta en la que se afirma que, de celebrarse ahora mismo las elecciones, el Partido Socialista y el Partido Popular quedarían prácticamente empatados. Supongo que esto preocupa a los socialistas y le alegra mucho el cuerpo a los populares, pero a mí, la verdad, me inquieta terriblemente, porque en este país nuestro, tan mordido, partido, cercenado y roído de distintas carcomas, todo lo que sea empate entre los dos partidos principales es caldo gordo y tajada para los nacionalistas. ¿Y a costa de quien? De nosotros, por supuesto, que no tenemos lengua propia con la que impedir que opositen los de fuera ni estatuto que nos permita atraer empresas con vacaciones fiscales.
Fuera de que las encuestas me parecen un cachondeo más cercano a la bola de cristal que a ciencia alguna, y que los espa oles mentimos como verdaderos sarracenos cuando nos preguntan los encuestadores, si de verdad se produjese este resultado cabría desear que, de una vez y para siempre, los dos principales partidos llegasen a algún tipo de acuerdo para evitar que cuatro sablistas periféricos nos conviertan a los demás en súbditos.
En otros sitios se ha hecho. ¿Por qué no aquí?, ¿qué tendría de malo una coalición temporal entre socialistas y populares para ordenar un poco el gallinero y poner las cosas en su sitio?
Yo, desde ya, prometo dar mi voto al primer candidato que jure apoyar la investidura del ganador, de modo que este no tenga que pactar con los nacionalistas. Desde ya mismo, y sin pensármelo, aplaudiré al que reconozca que ha perdido y haga lo posible para que el otro, el que venció, gobierne sin hipotecas, sin chantajes, y sin tener que vender el alma y los esfínteres a los caprichos de los que viven de insultarnos a la vez que nos desangran.
Eso haría, pero no creo que vea tal cosa. La lógica de estos majaderos que tenemos desde hace lustros como estadistas pasa por forzar al otro a tomar decisiones impopulares y hasta da inas para poder echarle luego la culpa. Si nuestros políticos fuesen médicos esconderían las bolsas de sangre para que el paciente del médico rival se muriera y poder señalarlo luego con el dedo.
La lógica de estos zoquetes pasa siempre por el aserto de "cuanto peor, mejor", y así, cuanto peor nos va a nosotros porque el gobierno está formado por incapaces, traidores y vendidos, mejor le va a la oposición. Y cuanto peor nos va a nosotros porque la oposición está compuesta por agachados crónicos, recogedores de jabón y sacristanes recién secularizados, mejor le va al gobierno.
La cuenta está clara: su ganancia está en que el otro pierda, no en que nosotros vivamos mejor. Si alguna vez tenemos algo que agradecer o que celebrar será por casualidad. Será que nuestra alegría fue un daño colateral.
Como los muertos que matan los buenos. Ja.

9 comentarios:

  1. Es lo que pasa cuando a uno le "pagan" por ganar las elecciones en vez de por gobernar como Dios manda.

    Yo también firmaba por un pacto a la alemana.

    Saludos.

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  2. Decía un amigo mío que lo perverso de la democracia es que, como en la teoría matemática de los óptimos paretianos, el punto de equilibrio perfecto es el que beneficia un poquito al 50,01% de la población a cambio de joder absolutamente al 49,99% restante. Un partido que consiga esto se perpetuará en el poder, haciendo que la sociedad se divida entre una mitad que apenas ha ganado nada y otra mitad completamente destrozada.

    Interesante, ¿verdad? Daría para una novela ;)

    Salud!

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  3. Lo dicho, Juan Carlos. que nos acabrán gobernando los decoradores y los coreígrafos...

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  4. Totalmente de acuerdo, Lagarto.

    Es lpo de la famosa teporía del 51%

    Pero es que se supone que la democracia es algo más que aritmética. Lo jodido es convencer a los políticos de eso.

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  5. La democracia es algo más que aritmética, está claro. Pero la estructura de poder que la domina se sustenta en las más escuetas minorías, que son precisamente las más equilibradas.

    Si un partido político adquiere un 85% de apoyo y su oposición un 15%, esta situación no es estable, ya que el “beneficio” hay que repartirlo entre 85 ¡¡tocarían a más si repartieran entre 51!! Por eso quien ofrece más (economía, cultura, religión, guerra… da igual) para 51 es quien gana. Todo tiende a un 51/49, inexorablemente. Por eso en España, en Francia, en Italia, en Alemania, en USA… en casi todas las sociedades que han vivido demasiada historia, se forman ese tipo de mayorías exiguas. Sólo las circunstancias más estrafalarias consiguen que uno se imponga claramente a otro (como en Madrid, donde los socialistas son ridículos y circenses)

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  6. Así estamos, Lagarto.

    pero visto así, y de todo corazón, prefiero la dictadura paternalista de uno cualquiera que la interesada del 51 %

    Por

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  7. Así estamos, Lagarto.

    pero visto así, y de todo corazón, prefiero la dictadura paternalista de uno cualquiera que la interesada del 51 %

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  8. Así estamos, Lagarto.

    pero visto así, y de todo corazón, prefiero la dictadura paternalista de uno cualquiera que la interesada del 51 %

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  9. A veces se da cuenta de que más democracia no significa ni más libertad ni más oportunidades.

    Y cuando te das cuenta, es duro.

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