24 marzo 2007

Lo positivo del apartheid


Allá en la época en la que todavía había monjas en los conventos, una reina de Suecia visitó Espa a y se sorprendió mucho de las grandes y fuertes rejas que protegían las ventanas de los claustros. la pregunta que planteó, aún subsiste: "Si hay virtud, ¿para qué sirve la reja?, y si hay reja, ¿para qué sirve la virtud?"
Eso mismo nos preguntamos ahora. Si hay talento, ¿para qué sirve la cuota? Y si hay cuota, ¿para qué sirve el talento?
Porque con esto de la obligatoria participación femenina en las candidaturas, los puestos de dirección y los consejos de administración de las empresas las que más se cabrean son las mujeres. Las que valen, claro. Las otras están encantadas de que la administración les ayude a sacarse las oposiciones que de otro modo no se sacarían en su pajolera vida.
Pero las que valen, las que se lo han currado, las que les importa un cuerno de bisonte que haya cuota o no porque se saben el temario como si lo hubiesen escrito, las que estarían de todos modos en los puestos de más responsabilidad porque tienen capacidad para ello y coraje para imponerse, esas están que trinan.
Y no es para menos, oigan.
Cuarenta a os aguantando que tenga que firmar el padre o el marido. Trescientos teniendo que escuchar que están donde están porque "también yo con esas tetas ascendería", y quinientos soportando risitas idiotas cuando van de cena de negocios con un cliente o con el jefe, y justo cuando muchas logran imponer su trabajo, su capacidad y su formación, llega un gobierno supuestamente progresista a dar nuevas armas a los recalcitrantes de toda la vida: "¿y tú por qué estás ahí, porque vales o por la cuota?"
Y se las llevan los demonios, claro. A ellas y a cualquiera.
Y mientras tanto, la ministra del ramo (o a lo mejor de la cuota, porque nadie está libre) sigue por ahí defendiendo un concepto tan absurdo y tan estúpido como la discriminación positiva. ¿Se puede saber qué pu etas es eso de la discriminación positiva?
Por si alguien no lo sabe, se lo explico: discriminación positiva era el apartheid de Suráfrica. Para los blancos.
Manda carajo

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