29 marzo 2007

En la jaula del tigre


El riesgo mayor de encerrarse con un tigre en una jaula es que si le das a comer el brazo, le sacará gusto a la carne y te arrancará de un zarpazo una pierna. Y no calmará su afición a cercenar miembros hasta que sus colmillos hagan brotar borbotones de la yugular. Es, más o menos y en versión carnívoro-circense, lo que le está pasando a Zapatero con ETA: que el bicho no se harta de comer y hambrón quiere más, habituado como está desde lejano al placer de la sangre. Tras los reprobables episodios De Juana y Otegi, dos entregas del mismo capítulo del entreguismo, la banda terrorista, a través de sus testaferros, reclama al Gobierno que cumpla «todos los compromisos firmados». Y Zapatero, aprendiz de domador y de brujo, se está quedando sin brazos y sin piernas y ya no puede salir por pies de la jaula. Y perderá la cabeza en el festín del terror.

FRANCISCO GARCÍA, en La Opinión de Zamora

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