17 diciembre 2006

Puente de plata



No espabilamos: pasan dos mil años y seguimos igual de burros. Y no es que sea yo de esos que se rasgan las vestiduras diciendo cosas como "sucede esto en pleno siglo XXI", porque siempre he estado convencido de que no son los calendarios los que hacen las cosas, sino los seres humanos. Y los seres humanos, para qué engañarnos, no hemos cambiado un carajo.
Valga un ejemplo.
Allá por el año noventa antes de Cristo, en plena república romana, y tras una larga sucesión de guerras civiles, los romanos eligen a Sila como dictador. ya sé que la cosa es mucho más compleja, pero no estamos aquí para tratados de historia. El caso es que Sila, después de unos años de gobernar a su antojo, da igual si bien o mal, decide retirarse. Lo decide él mismo y se va de Roma por su pie.
Dicen que entonces, muchos de sus enemigos salieron a las puertas de Roma para lanzarle salivazos, insultos y hasta piedras. Dicen también que Sila, un hombre de físico impresionante, se detuvo, se volvió a ellos y les dijo: "Idiotas. Si tratáis así al tirano que se va, ningún otro querrá marcharse y lo habréis de sufrir hasta su muerte".
Y Dice Plutarco que, avergonzados, los enemigos de Sila se callaron y se volvieron a sus casas, porque Sila tenía razón.
Aquellos se cayaron proque tenían vergüenza, pero me temo que hoy en día, además de no haber aprendido nada no nos callamos.
Me refiero, por supuesto, a la estúpida y descerebrada persecución de que se hizo objeto a Augusto Pinochet después de dejar el poder en Chile. No entro a valorar los crímenes que había cometido o no; no entro a juzgar si merecía la impunidad, una medalla, la horca, o una estatua en una plaza. Lo que si veo claro es que fue un dictador que dejó el poder por su propia iniciativa abriendo paso a una democracia, y que la obcecación de alguna gente empeñada en perseguirlo ha dado a entender a todos los dictadores del mundo que hay que morir en la poltrona con el pie encima de la gente para que sólo después de muerto puedan decirte lo que opinan.
A los señores como Pinochet, a los que se van por su propia iniciativa y dejan una democracia, habría que darle suna vejez de sol, playa, y buena vida. ¿Por justicia? NO: Para que se larguen y crean que es buena idea jubilarse cuanto antes.
A enemigo que huye, puente de plata, se decía antes. Se decía hace mucho. Cuando la gente pensaba con la cabeza y no con la urna. Cuando los jueces eran jueces y no vedettes de variedades.
Bah.

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