25 septiembre 2009

La alternativa difícil


Se nota que es verano y flota cierto humorismo hasta en los papeles oficiales. No me digan que no. Estamos todos tan tranquilos, con nuestra galvana a cuestas, y viene el Centro de Investigaciones Sociológicas y nos dice que, por primera vez en no sé cuantos años, el PP supera en intención de voto al PSOE. Genial, oigan, pero si con lo que tenemos encima sólo lo consiguen ahora, y por unas centésimas, ¿qué esperan los del PP para colgarse de un pino?
La estrategia de Rajoy parece clara: convencernos de que no hay alternativa posible a su flojera. Convencernos de que se trata de Zapatero de él. ¿Y saben una cosa? Que no. Que no podemos tragar esa milonga. Que Zapatero es un desharrapado intelectual, un vendedor de alfombras dialéctico y un cataclismo político, lo estamos viendo a diario, pero eso no quiere decir que el líder de la oposición sea automáticamente el mejor posible.
Con todo lo que ha caído, con la gente que se ha quedado en la calle, con las empresas que han cerrado, los bancos que han entrado en semiquiebra y la porquería que le ha salido a los socialistas, ¿cómo se puede tardar todo este tiempo en superarlos en intención de voto?
El señor Rajoy es un manta. Es un pobre cero a la izquierda que ningunean en su partido porque saben que sin apoyo en la calle, el Presidente es menos que nadie. ¿Qué se puede esperar de un líder político que tiene al tesorero del partido implicado en una trama de corrupción y no lo destituye?, ¿por qué ha esperado a que se marche cuando mejor le venga y más cómodamente le encaje con las vacaciones? Tiene una guerra abierta en la Comunidad de Madrid y mira para otro lado, tiene un gran jaleo armado en Valencia y no sabe y no contesta. ¿Dejaríoa usted el país en manos de semejante individuo? Yo no le prestaba ni la moto, oigan.
A Rajoy lo mantienen como presidente del partido los que no quieren ganar las elecciones, porque prefieren un presidente débil que les permita a ellos hacer lo que les dé la gana en sus ayuntamientos y diputaciones. ¿No les suena de nada esa estrategia? Plena Edad Media: rey débil, condes ricos. Eso salva a Rajoy, peor no nos salva a nosotros, que nos veremos, tarde o temprano, aunque me temo que será tarde, abocados a unas elecciones en las que un partido nos lleva a la ruina y el desastre, proclamando ya sin tapujos que el dinero es para andaluces y catalanes (y para el resto ya se verá) y otro que ni siquiera es un partido democrático, donde no el candidato ha sido elegido a dedo por el lucero del alba y se nos impone junto a una ristra de ajos, salchichones y otros embutidos para que los votemos por miedo a seguir teniendo a Zapatero.
Hay que buscar una alternativa como sea.
Zapatero, no. Rajoy, tampoco.
Y si la democracia que nos ha quedado tras treinta años de transición es esto, casi es mejor que resucitemos a Franco y a la Pasionaria para que gobiernen en coalición.
Cualquier cosa antes que pasar por este aro.

4 comentarios:

  1. Un efecto, no hay político bueno: los hay malos y peores.

    Contra la política de tratar de desviar la atención de la crisis, el PP ha adoptado la de que se arme el menor revuelo posible y se vuelva a hablar de la crisis.

    A mi no me convence, ni a muchos otros, pero debe de ser efectiva con la mayoría, y los políticos, en lugar de conciencia, poseen una serie de estudios de mercado e intenciones de voto.

    Y la prueba está en las últimas elecciones, cuando la crisis era patente desde hacía varios meses y ZP se hizo con el cargo a base de negarla. Nadie con dos dedos de frente le creyó, pero la masa de votantes se mueve por emociones, no por razonamientos.

    Saludos.

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  2. Esa es la clase de razonamientos que usaban los griegos para abominar de la democracia.

    Lo malo, es que son ciertos.

    Lo malo es que son cada vez más ciertos pro la naturaleza de la educación, de los medios, yde la democracia misma.

    O sea... ()

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  3. Es casi imposible que aparezca un líder en este caldo de cultivo. Con lo de las lista cerradas el "aparato" se asegura de que salgan solo los mediocres y los que se pliegan a las órdenes de partido.

    Obama en españa lo tendría imposible.

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  4. De hecho, Roberto, no sabemos muy bien quées lo que hace toda esa gente elegida, ya que son los partidos los quelo deciden todo...

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