25 septiembre 2009

Braganza está ahí mismo (lo juro)


Ya lo he dicho más veces: al oeste de Zamora, en cuanto se deja atrás Alcañices o Puebla de Sanabria, nuestros políticos creen que comienza el Océano Atlántico, y que después de remar o de volar varios miles de kilómetros se llega a Portugal. De hecho, para algunos parece que Portugal limita con California, y es un país bañado por el Océano Pacífico.
Pues no. Está ahí mismo. Decir que a dos tiros de piedra sería ponerlo demasiado lejos, porque según desde dónde tires la piedra sobra con uno, y baja rodando.
Lo que es una vergüenza es que para ir a Braganza haya que llevar a Carlos Sainz de copiloto y a San Cristóbal en el asiento de atrás, y aún así se la juegue uno por esas carreteras por las que no se atreven a meter siquiera la Vuelta Ciclista más que un año de cada veinte, no sea que se les mate algún corredor.
Braganza tiene casi cuarenta mil habitantes, y si alguien, a algún lado de la frontera (que dicen que está por ahí pero yo no la vi, porque ni siquiera un puñetero río o una montaña nos separa), se tomase la molestia de establecer unas comunicaciones dignas, tanto ellos como nosotros aprovecharíamos la oportunidad de dar vida a una tierra que se despuebla por momentos y que parece haber sido abandonada a la alimañas del monte.
Y está muy bien que haya grandes parajes naturales conservados en estado casi original, pero mejor estaría aún que en vez de llevar los recursos fuera, y resignarnos a repetir que no somos los bastantes para permitirnos ciertas infraestructuras, nos diésemos cuenta de una santa vez de que juntos somos mucho más que la suma de las partes.
A veces pienso que esta tierra nuestra la dividieron como los ingleses dividieron Persia: en Irán, Irak, y Kuwait, tres países distintos de modo que a uno le faltase el agua, a otro la tierra, y a otro la salida al mar, para que nunca llegasen a ser ricos y no compitiesen con Inglaterra. ¿Qué hemos hecho nosotros para tener a un lado Puebla de Sanabria (que es precioso, pero no deja de ser un pueblo grande con menos de dos mil habitantes) y al otro Braganza, que no pasa de ciudad pequeña y mantenerlos casi incomunicados?
Es lo que ocurre en la realidad, pero créanlo o no, con curvas y todo, y se pierde la cuenta de las vueltas que se dan, no hay ni cuarenta kilómetros de Puebla de Sanabria a Braganza. Cuarenta kilómetros que se convertirían en veinticinco con un poco de voluntad, y que serían quince minutos de trayecto en cualquier lugar donde los políticos tuviesen medio cerebro en vez de una cebolla en un lado y una cabeza de ajos en el otro.
Y la historia de que son distintos países y cada cual manda en su casa, se la cuentan, por favor, al que no haya ido de Alemania a Austria y de Austria a Eslovaquia en media hora. Porque allí se matan y se invaden en las guerras, pero en cuanto hay paz, les falta tiempo para construir a medias ferrocarriles y autopistas.
Aquí no. Aquí ni nos matamos ni nos miramos. Aquí lo que parece es que estamos esperando a ver quién es el primero que se muere de hambre. Somos la caraja.

3 comentarios:

  1. Es que somos de esos vecinos quisquillosos, que mutuamente recelamos y menospreciamos al otro.

    Pesé que todos los hipervínculos que incluías conducían a la Wikipedia o algo así, ¡qué ingenuo!

    Saludos.

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  2. voy moviendo lo que puedo con los vínculos, hombre.

    Tengo una norma: ser honesto al escribir, ser honesto al publicar y no engañar al lector.

    Pero nada de eso afecta a los vínculos, ¿no?

    :-)

    (Pensaba que ya conocías mi faceta filibustera...)

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  3. Al menos en el lado español y a nivel popular, lo que hay es mucha ignorancia sobre Portugal. Ejemplo? Compartimos rey durante un breve periodo hace unos cuantos siglos y, sin embargo, muchos siguen viéndolos como unos díscolos que cualquier día volverán a pedir cobijo bajo nuestras banderas.
    Y en cuanto a las infraestructuras, no podrías haberlo descrito mejor: Hace falta estar un poco loco o ser un santo varón en busca del martirio para adentrarse en las infames carreteras que van de Puebla a Braganza.

    Saludos desde un pueblo aún más pequeño que Puebla.

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