28 septiembre 2009

El fondo estatal



Que me perdonen los que han encontrado trabajo a costa del Fondo Estatal de obras y saraos diversos, pero a mí, eso de contratar gente para hacer lo que sea, me suena a política soviética, con todas sus consecuencias de ruina posterior y desquicie.
Todo lo que sea dar empleo a la gente, y un modo de vivir dignamente, me parece estupendo, como le parece a cualquiera, pero si es el Estado el que tiene que promover obras, y además por el procedimiento de poner delante el dinero y luego preguntar qué es lo que se quiere hacer, me suena a aquello de pagar un salario a una persona por encender las farolas de una calle.
Cuando se genera empleo pero no riqueza, cuando se genera trabajo y no economía productiva, lo único que se obtiene es un plazo de dilación y una cartera vacía, porque estas obras están costando una verdadera millonada sin que se pueda saber en qué van a repercutir a la mejora de nuestra competitividad en el largo plazo.
El problema de España, y de otras muchas economías occidentales, es que no somos competitivos. Otros, en cualquier lado, producen lo mismo que nosotros a un mejor precio, y eso es lo que nos está crucificando, aunque la enfermedad aflore en forma de sarpullido monetario o ronchones bancarios.
Cualquier médico sabe que no se puede confundir el síntoma con la enfermedad, y que la fiebre, con ser peligrosa en sí misma, es sólo un indicador de que algo no está funcionando como debe en el organismo.
Si nosotros, en vez de poner remedio a nuestra enfermedad, nos gastamos lo que nos queda en curar la fiebre, y sólo por unos días, porque sabemos todos que el Fondo Estatal es una cura temporal, nos veremos abocados a la hospitalización, con todos los traumas y problemas que pueda acarrear.
Y además, porque hay más, este tipo de planes crea un efecto negativo, que es la esperanza de que pase lo que pase vendrá otro a arreglar. El ferretero quiere también un fondo estatal que le venda los tornillos y los alicates que no ha vendido, el dentista quiere un fondo estatal que le pague los empastes que no ha hecho, el labrador quiere un fondo que le pague las patatas que no ha colocado al almacén y yo quiero que el Estado me llene las casas rurales que tengo vacías en el quinto carajo.
Al final, como el dinero no crece en los árboles, nos encontramos con la verdadera cara de esta moneda: que pagamos todos y unos pocos deciden a quién se beneficia, a quién se saca del hoyo y a quién se le deja cocerse en su propia salsa hasta que reviente.
Hoy en día, el verdadero poder ya no está en crear leyes, sino en repartir dineros y puestos de trabajo. Por eso, por ejemplo, los rectores de las universidades ya no salen ni en la prensa, porque desde que van cortos de presupuesto no pueden sacar ni una plaza de conserje.
Por eso se crean estos planes: no para mejorar la economía, que todos saben que no mejorará, sino para comprar gritos en las calles, silencios en las corporaciones y miedo a quedar fuera en la próxima hornada.
Por vocación, el Fondo Estatal quiere ser como la Inquisición, pero sin sotana. Lo otro es folclore.

2 comentarios:

  1. Creo que lo de abrir y cerrar zanjas era de Keynes, ¿no? (y no era precisamente comunista)

    Mi opinión personal es que la medida no esta mal, simepre que no constituya la única medida. Es equivalente a que a alguien que tiene una fractura abierta le administren un analgésico: por supuesto que le viene bien, pero no sirve de nada si no se le aplican el resto de remedios que son precisos.

    Saludos.

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  2. Era de Keynmes o de una de aquella escuela.

    La medida es buena, pro lo que elimina de mercado negro, pwro, como bien dices, tiene que ser complementaria a otras, proque de lo que se trata es de crear trabajo.

    En todo caso, mala nunca es: no te imaginas la de genteque se borraría dle paro y lo que eso supondría de ahorro.

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