25 septiembre 2009

Bombillas contra el paro



Tan ágiles son los políticos y los representantes sindicales y patronales que, a mí, más que una negociación me parece que están protagonizando una carrera de sacos: a saltos, y con batacazos cada tres pasos.
Por mucho que nos cuenten, lo que están tratando de decidir es quién sufre las consecuencias de la falta de dinero en el mercado. Porque el verdadero problema es ese: que no hay dinero circulando, y que sin crédito ni disponible no se puede consumir, ni invertir, ni se pagan las deudas, con lo que la asfixia empieza a poner azul a todo el tejido económico.
En primer lugar, aunque ya lo sabe todo el mundo, hay que repetir que el sistema de la Seguridad Social no es un sistema de capitalización, sino una especie de esquema piramidal el que pagamos a los que ahora están jubilados y recibiremos la pensión de los que paguen cuando tú te jubiles. Exacta y justamente el esquema piramidal usado por Madoff y otro muchos chorizos a lo largo de los tiempos.
Por tanto, como la Seguridad Social no se capitaliza, necesita ingresar en todo momento lo que paga, no lo que va a pagar en el futuro, con lo que estamos ante el hecho, doloroso pero cierto, de que son los trabajadores y empresarios actuales los que deben pagar las pensiones actuales y los seguros de desempleo del presente. Partiendo de esa base, una rebaja de las cotizaciones, como piden los empresarios para poder contratar a más trabajadores, supondría un agujero impresionante en las cuentas del Estado.
Y si las cotizaciones no se rebajan, hay pocas medidas efectivas que se puedan proponer para que las empresas contraten más gente. Pero si se rebajan, el dinero de las pensiones y de las prestaciones de desempleo hay que sacarlo de algún lado.
En cualquier otro país, en una situación como la actual, se permitiría que la Seguridad Social entrase en déficit y se pondría ese dinero de los Presupuestos Generales, o sea, de los impuestos de todos. Pero en España eso no es posible, puesto que el Gobierno ha gastado hasta el último céntimo disponible en satisfacer las demandas de financiación autonómica, e incluso se ha endeudado más alla de lo previsible para cumplir algunas reclamaciones políticas de ciertas comunidades que no menciono pero que nos sabemos todos de memoria.
Por tanto, como el dinero se ha gastado en el Estado de las Autonomías, no quedan fondos para el bienestar, ni para fomentar el empleo, ni para pagar más de cuatrocientos euros, y sólo seis meses, a los que no cobren ninguna otra prestación.
¿Por qué no se negoció el tema laboral y salarial antes que la financiación autonómica, ya que es mucho más importante y preocupa a más gente? Porque se pensaba dejar para esto lo que sobrase de lo otro. O sea, nada.
Este Gobierno es así: cuando la gente haga cola para pedir trabajo o subsidio de desempleo, le regalarán una bombilla de bajo consumo. Y se quedarán tan anchos.

2 comentarios:

  1. Si, en lugar de subsidiar con cuatrocientos veinte euros a quien se queda sin prestación de desempleo, se descontasen de las cotizaciones de quien sea contratado, no saldría el dinero de las arcas del estado, se crearía un puesto de trabajo, y el sueldo de ese señor reactivaría la economía y aportaría impuestos indirectos.

    Pero esa política no es progresista, claro.

    Saludos.

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  2. WEsa es la política de Frau Merkl. ¿Lo tomaste de ahí?

    Y mira: ganó las elecciones...

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