22 agosto 2009

El juego de los trileros


La ideología es una zanahoria detrás de la que algunos se esfuerzan en que corramos para que la noria siga girando. Y es cierto que la noria saca agua, pero quizás deberíamos preguntarnos para qué y para quién, porque pro saquí seguimos en el mismo secarral de toda la vida.
De todas nuestras desgracias, quizás sea una de las peores el haber caído en la costumbre de creer lo que nos cuentan sin pasarlo por el cedazo de la lógica. Y así, de las noticias o los comentarios acabamos haciendo una especie de catecismo, poniendo de nuestra parte lo que ellos no dicen. ¿O no les ha sucedido nunca que a fuerza de querer sacar jugo a lo que declara un político acaban por ponerle ustedes mismos las ideas cuando no había ni una en ocho frases? Pues de eso parece que va el juego.
Para salir de semejante laberinto no queda más remedio que volver al principio y buscar las definiciones que nos ayuden a comprender la verdadera naturaleza de las cosas. Si me lo permiten lo intento, tratando de no aburrir:
Los impuestos son proporcionales cuando se paga un porcentaje fijo, como el IVA. Si gastas cien, pagas dieciséis. Si gastas doscientos, pagas treinta y dos. Con este tipo de impuestos lo ricos pagan también más que los pobres, pero no en relación con su capacidad, o eso dicen.
Los impuestos son progresivos, como el Impuesto sobre la Renta, cuando al subir la renta, sube el porcentaje de lo que pagas. Si ganas veinte mil, pagas el veinte por ciento, o sea, cuatro mil. Y si ganas cincuenta mil, pagas el cuarenta y cinco por ciento, o sea veintidos mil quinientos. Con este sistema, el rico paga muchísimo más que el modesto y es el método que recoge como20.000 pagas el 20 % (4000) y si ganas 50.000 pagas el 45 % (22.500). Con este sistema, el rico paga muchísimo más que el pobre y es el que recomienda la Constitución.
Hasta aquí todo florido y hermoso, pero hay una pregunta que no queremos hacernos y que todo el mundo se guarda: si es bueno, solidario y hasta santo los impuestos sean progresivos para las personas, de manera que paguen más los ricos que los pobres ¿por qué no lo son para las empresas, que pagan a un porcentaje fijo independientemente de su tamaño?
Y si es normal que los impuestos sean progresivos para las personas, porque el que más gana más tiene que colaborar ¿por qué no lo son para los territorios, y las Comunidades Autónomas pagan todas igual, ya sean ricas o pobres?, ¿por qué las Comunidades Autónoma no ponen a la caja común más porcentaje cuanto mayores son sus ingresos y nos vienen con la Ley del Embudo?
El sudoku de la financiación se convirtió al fin en el juego de los trileros, preguntando a la gente dónde está el dinero. Y a fuerza de mover los cubiletes piensan que nos engañan y que acabaremos por decir que está un poco en todos y que no ha desaparecido, sino que se ha repartido.
Pero lo cierto es que todos sabemos dónde ha ido. Hasta con los ojos cerrados seríamos capaces de acertarlo. La jugada, por si no lo saben, es dar un poco más, aunque a los otros se les el quíntuple. Con eso y poder contratar a tres sobrinos, los que nos representan se conforman.

3 comentarios:

  1. A mí, la financiacción autonómica me recuerda más a "la estampita": te enseñan unos pocos billetes, te ponen los dientes largos y te acabas llevando un taco de papeles sin valor alguno.

    Saludos.

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  2. Bueno, eso que explicas de la progresividad de impuestos de los ricos es básicamente teórico... En realidad existen muchísimas figuras, tipo SICAV y compañía, que permiten que las rentas más altas paguen muy poco impuestos si se consiguen o se invierten en según qué cosas.
    En cuanto a las comunidades, pues tenemos el pifostio que nos merecemos... Y te lo dice uno que vive en Aragón...

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  3. Os aseguro a ambos que el pifosdtio de la finaciación no nos merecemos.

    Nops metieron de rondón las autonomías con la democracia , todo en uno, y para renunciar a una cosa había que renunciar a las dos.

    Eso se llama jugar sucio...

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