20 agosto 2009

Balones fuera


Tranquilos todos, que aunque perdiésemos contra Estados Unidos la semifinal de aquella extraña copa inventada por la FIFA para sacar unos cuartos extra, podemos seguir contando con que el equipo español nos brinde muchos éxitos en el futuro. Y más aún podríamos esperar si el seleccionador pusiera a Zapatero de defensa central, ¡porque hay que ver cómo echa balones fuera el tío, oigan!
Lo de Garoña ha sido sensacional. No me voy a meter ahora en si la central nuclear es segura o no, y mucho menos a defender o a atacar la energía nuclear en su conjunto, pero es que opine uno lo que opine, no hay por dónde agarrar el asunto.
Si la central es obsoleta o insegura, ¿por qué se le dan cuatro años? Y si es segura o sus instalaciones se pueden mejorar con unas cuántas reformas, ¿por qué se pone el 2013 como fecha de cierre?
Y no se terminan ahí las preguntas, no se crean. La extrañeza da para mucho más, porque el alcance del absurdo es casi olímpico: si el Consejo de Seguridad Nuclear votó por unanimidad que la central podía estar en funcionamiento otros diez años, ¿qué clase de estudios tienen los políticos para determinar otra cosa? Y si son los políticos los que determinan si las instalaciones cumplen los requisitos técnicos, (porque sí, porque la democracia da para todo y hasta presta luces al que no las tiene) ¿para qué puñetas queremos al Consejo de Seguridad Nuclear?
A mí me lo pueden disfrazar de lagarterana si quieren, o cantarme tres tangos con música y letra de santos Discépolo, pero me parece evidente que la decisión que se ha tomado y la fecha que se acaba de fijar es una burda componenda para salir del paso con el trasero cubierto y la cabeza no del todo gacha.
Había que contentar a los que se creyeron las promesas, y se les medio contentó con un cierre, aunque aplazado. Había que darle a la llave de la luz y seguir considerando normal que se encendiera la bombilla, y la central seguirá produciendo. Y sobre todo, ante todo, había que despejar el problema trasladándolo a la siguiente legislatura, y se fijó el cierre en 2013 para que sean otros los que tengan que ampliar ese plazo si ellos pierden las elecciones.
Lo gracioso será si las ganan, proque no se me ocurre que inventarán entonces para compatibilizar su fábula Disney con la puñetera realidad. Y no es descartable que las ganen teniendo en cuenta el empate técnico que padecemos entre el Gobierno y la oposición a la hora de realizar propuestas para sacarnos del atolladero: son como un perro y un gato. Pero no como un perro y un gato empleando uñas y dientes en herir al otro, que también, sino como un perro y un gato discutiendo de filosofía o tratando de reparar un ordenador.
Dios nos coja confesados.

2 comentarios:

  1. Ten cuidado con lo que deseas, porque puede hacerse realidad.
    Saludos.

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  2. Y un exceso de maná es una divina lapidación

    :-)

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