27 mayo 2007

Universidad de los Cuérragos


Dicen que van a abrir un centro universitario en santa Cruz de los Cuérragos, cerca de Portugal, y en lo más hondo de nuestros montes. Y si no lo dicen lo dirán pronto, porque estamos cerca de las elecciones y por promesas no va a quedar.
Y el caso es que va a ser todo lo contrario, aunque traten de ocultarlo en estas fechas tan destacadas. Va a ser, y si no al tiempo, que cerrarán centros universitarios, porque no es lógico que una comunidad como la nuestra, empobrecida y despoblada, tenga tres universidades: León, Salamanca y Burgos.
Con la transferencia de las competencias en materia de educación a las comunidades autonomas se acabó la etapa del café para todos. Ahora, agua hervida, y el que quiera que ponga el té, la manzanilla o el poleo.
Y uno, la verdad, no sabe qué pensar. Por un lado, está claro que algunas ciudades como León y Burgos dependen en gran medida de sus universidades, mientras que otras, como Salamanca, se amparan en su antigüedad para exigir que cierren otros. Si las universidades se pliegan sobre sí mismas, el batacazo va a ser descomunal, y a los que les toque ver como se cierran sus centros lo van a pasar mal.
Pero por otro, hay que reconocer que las universidades se están convirtiendo en fábricas de parados donde se cae una y otra vez en la obsolescencia de temarios, el amiguismo más descarado en las contrataciones y un nulo nivel investigador en lo que realmente importa: la transferencia a la sociedad de los resultados. Y así la cosas, la institución universitaria se desprestigia día a día, porque cada vez más jóvenes saben que obtener un título no equivale a obtener luego un buen empleo.
Hemos llegado a un momento triste: el de reconocer que la política de Universidad para todos ha conducido a que el título se ha devaluado y que, otra vez, como en lo peor de los viejos tiempos, el que tiene diez mil euros para pagarse un máster, o un buen complemento académico, es el que logra diferenciarse y llevarse el buen empleo.
Hemos llegado al peor momento: a la hora en que la natalidad ha descendido y hay que competir por los alumnos, porque en vez de poner nota mínima de entrada en la Universidad, son ellos los que ponen sus condiciones para irse a uno u otro sitio.
Y en Castilla y león, salvo algunos prestigiosos centros, sobre todo de León y Salamanca, no tenemos nada que nos diferencie ni nada que convenza a los foráneos de que vengan aquí. Si acaso el castellano bien hablado para convertirnos en escuela de idiomas. Así que a ver cuándo en Zamora se potencia de veras eso.
Porque si no, por el camino que llevamos y con el ri ón y medio que cuestan las universidades, pronto veremos cierres. O reconversiones. O modificaciones ontológicas, tipo alquimia, según les dé por llamarle.
Y entonces será la de Dios. Ya lo verán.

2 comentarios:

  1. Esto... que andaba yo echando la cuenta de la vieja, y o bien me sobra un dedo, o es que te falta una universidad. Y no está ni en Almazán ni en Lois; no, no, está justito al lado de las poltronas, en Valladolid. Y, viendo cómo hacen las cosas estos políticos, acabará siendo la única de su aborto autonómico.

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  2. jajajja
    joer

    me quedé sin la gorda.

    Qué bruto soy

    :-)

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