06 octubre 2009

Elástico o flexible



Se veía venir. Cuando se pusieron a echar las cuentas, pasó lo que pasó: que los ingresos tributarios habían disminuido y que no se recaudaba ya, ni mucho menos, lo mismo que en ejercicios anteriores. Se debilita la recaudación del IRPF porque la gente no tiene renta, y se da ya pro contenta por tener aún físico. Decrece la recaudación del IVA, porque no hay valor añadido que valga, ni leches en vinagre. Mengua lo ingresado por el Impuesto de Sociedades porque no hay sociedades, ni asociaciones, ni socios que se quieran involucrar en semejante odisea.

De tan evidente como es, parece una perogrullada ponerse a repetir estas razones, pero a lo mejor es hora de hacer entender a nuestros políticos que el dinero no crece en los árboles, que sale del bolsillo de los ciudadanos y que si los ciudadanos no tienen un duro, ni esperanza de prosperar trabajando, la sociedad entera se va libre y democráticamente a tomar por el saco, por mucho que se empeñen en repetir que se desarrollarán políticas de incentivo, se articulará un marco de estímulo y otras frases tontisonantes.

No hay un duro, y la administración, las muchas administraciones que saltan y se arrastran por nuestro pellejo como pulgas y piojos hambrientos, no quieren admitir que serán ellas las primeras que tendrían que apretarse el cinturón si queremos salir algún día de este bache.

Pero en ese lado de la barrera no se dan por aludidos. Para las administraciones el presupuesto es elástico, en vez de flexible, y mientras no entiendan la diferencia entre estos dos conceptos, estaremos abocados a la ruina. Elástico es lo que se puede estirar, como una goma, para hacerlo llegar a dónde inicialmente no llegaba. Elástico es endeudarse y dejar a las generaciones futuras, o a los alcaldes futuros, o a los gobernantes futuros, las obligaciones que se contrajeron en el momento actual. Elástico es el pan para hoy y elástica será el hambre de mañana.

Flexible, en cambio, es el presupuesto que se puede encoger cuando hay menos dinero y que se puede ensanchar cuando la situación es un poco más favorable. Flexible es la administración que no tiene comprometido el primero de enero hasta el último céntimo en gastos de personal, derechos adquiridos, gigantes y cabezudos y costumbres ancestrales.

La administración es un monstruo creado pro sí mismo que se alimenta de la carne de la sociedad. Mientras pudimos darle de comer sin tener que recurrir a cortarnos un trozo de pierna, de brazo o de paletilla, bien estuvo. Lo malo será ahora, cuando el número de funcionarios se mantiene, cuando se mantienen los gastos y las prebendas firmadas en años anteriores, y cuando se ha acostumbrado a una casta de privilegiados a un nivel de ingresos y de poder a los que difícilmente conseguiremos que renuncien.

Ahora es cuando vamos a ver si nuestra carne es elástica o flexible. Nosotros sí aprenderemos la diferencia

2 comentarios:

  1. ¿Y quién le pone el cascabel al gato?

    ¿Quién tiene narices para cargarse las autonomías? (con nlo que los gastos adminstrativos se dividirían por dos).

    ¿Y quién para meter mano a las injustas prebendas de unos priviligiados frente al resto?

    Este no. Y el que viene tampoco.

    ResponderEliminar
  2. Pues alguien tendrá que hacerlo, porque la cuerda llega hasta donde llega.

    O quizás no, y con la que quede nos ahorcamos y listos...

    :-)

    ResponderEliminar