14 octubre 2009

El mercadillo del miedo


Qué curioso: todo el mundo quiere vacunarse contra la gripe, menos los médicos y las enfermeras.

Quizás lo hayan leído u oído ya, pero en medio de este bombo y platillo constante que se da a una enfermedad que, reconocidamente, es menos mortal que la gripe común de todos los años, parece que el principal grupo de riesgo, que va a estar en contacto con los infectados, no se anima mayoritariamente a inmunizarse. En las diversas encuestas que se han realizado entre el personal sanitario de varios países, menos de la mitad de estos profesionales dijo estar dispuesto a que le clavasen la aguja. En España no se vacunan normalmente ni 30 % y este año no parece que vaya a aumentar mucho la cifra.

¿No les parece raro? Lo parece, sí, pero si se piensa un minuto seguido, no lo es. Ellos, mejor que nadie, saben cual es el impacto previsible de esta enfermedad, y ellos, mejor que nosotros, saben que una vacuna probada a toda prisa puede ser más peligrosa que una enfermedad que, en sí misma,

no resulta más amenazadora que lo que quieran hacerla parecer desde los medios de comunicación.

Y perdonen que me lo tome así, ¿pero cuánta gente muere cada año de la gripe común? Muchos miles, en todo el mundo. Según las cifras oficiales, sólo en España mueren cada año tres mil personas de la gripe común. En su mayoría, son gente que tenían otras enfermedades que se vieron agravadas por esta dolencia. Les suena, ¿verdad?

Y si cada año mueren tres mil personas de gripe, y nadie y habla de ellas, porque ni ustedes ni yo hemos visto nunca un telediario dedicado a una de esas víctimas anuales, ¿cómo es posible que ahora se haya montado el cirio que se está montando por una supuesta epidemia que lleva once, trece o quince muertos?, ¿tendremos que vacunarnos también contra el andamio, que mata a mucha más gente?, ¿o contra los atracones de Nochebuena?

Por supuesto, si nos toca a nosotros o nos toca cerca, nos jorobará igual que sea uno que sean ciento, pero no es serio hablar de una epidemia mundial cuando la incidencia y la mortandad de esta supuesta gripe catastrófica es menor que la de cualquier año.

¿Se acuerdan de la gripe aviar?, ¿se acuerdan del jaleo que se montó? Anunciaban millones de muertos, ¿lo recuerdan? Pues al final, cincuenta muertos en todo el mundo, que parece mucho, pero en realidad son los mismos que pueden morir al año de un ataque agudo de caspa, devorados por los loros, atropellados por un triciclo o cualquier otra rareza similar. Cincuenta de gripe aviar, frente a ochocientos mil de la normal. Pero la normal no sale en la tele.

No es de extrañar que los médicos y las enfermeras, que saben de qué va la cosa, prefieran que nos pinchemos usted y yo. Para ir probando.

Lo normal sería que las autoridades dijesen que el que se haya vacunado otros años por ser persona de riesgo, que se vacune también este año. Y el que no, que haga lo que quiera, como siempre. Pero el caso es armar revuelo para que no se hable de lo que no interesa a algunos.

Cuando unos quieren vender la vacuna y otros comprar el silencio, el mercadillo está montado. ¿Hace falta decir más?

2 comentarios:

  1. Y los laboratorios, frotándose las manos, ¡qué pena que el próximo año no viniese la gripe B!

    No nos enfrentamos a nada nuevo: en los países del hemisferio sur (Argentina, Chile, etc.) ya han pasado el invierno con la gripe A y su repercusión ha sido escasa.

    Saludos.

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  2. Por lo vist0o esta es la clase de lobo más rentable que hay para anunciar.

    Y el día que venga el de verdad nos comerá a todos.

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