30 abril 2008

La cartilla del abuelo



Pueden llamarme aguafiestas, si quieren, pero tengo la impresión de que estamos viviendo por encima de lo que somos y de lo que tenemos. Y no me refiero a los zamoranos, o a los hipotecados, o a los tíos morenos con barba: me refiero a los españoles en general.
Me paro a analizar un poco la cosa estructural, aunque sólo sea por amortizar un título de economía que coge polvo encima de un armario, y llego a la conclusión de que en este país llevamos demasiado tiempo tirando de la cartilla del abuelo. Y llega la hora de pagarlo, y va a ser caro, ya verán.
Esto va a ser como con los alquileres de renta antigua, que a medida que caducan van cerrando locales y poniendo gente en la calle.
En el mundo laboral, mientras se pudo tirar de los contratos del abuelo, de aquellos contratos fijos con derecho a antigüedad, la gente fue viviendo. Pero ahora, cuando se jubila un currante a los sesenta y cinco, o lo prejubilan a los sesenta, lo cambian de inmediato por un chaval o un inmigrante de a 700 Euros al mes. Cambian un contrato de trabajo por un contrato de mierda, y eso se nota, y más se va a notar cuando esa gente deje de poder gastar porque no llega justo y mal a fin de mes.
En las familias se nota también: muchos pisos se han pagado con la leche de las vacas de los años setenta y ochenta, y con los maíces de hace dos décadas. Pero eso se acaba, y cuando los jóvenes no cuenten con esa ayuda y ese colchón, tendrán que defenderse solamente con lo suyo. Y lo suyo es de pena, pero muchos no saben lo que ganan en realidad, lo poco que ganan, porque siempre han echado mano de esa paga extra que son los padres o los abuelos.
Ley de vida dirán muchos, sí, pero seamos serios: hace treinta y pico años que regamos con los pantanos y trasvases del abuelo, y tenemos electricidad asequible con las centrales nucleares del abuelo. Hoy somos ocho millones de habitantes más, ¿y quién se atreve a construir pantanos o trasvases nuevos?, ¿quién es el guapo que construye otra nuclear o instaura una política energética cabal y coordinada? Nadie. Tiramos de lo que hay, lo estiramos, lo hacemos durar más allá de lo razonable y cuando no llega, decimos que la gente derrocha. Decimos lo que sea con tal de no enfrentarnos a la realidad de que no somos capaces de actualizar ciertas infraestructuras a las necesidades de hoy.
Nuestra estructura política nos impide ser eficientes. Cuando hay que construir algo lo primero que se mira es el modo de contentar a todos, y eso lleva a que las cosas no se hagan, o a que cuesten el doble, porque templar gaitas sale caro.
Y así resulta que todo, absolutamente todo, nos cuesta más de lo que parece; y como la cartilla del abuelo no da más de sí, nos toca ahora saber lo que cuesta organizar un país en dieciocho autonomías que ni se hablan, ni se entienden, ni tienen la más mínima intención de coordinarse para abaratar costes. Nos toca saberlo en carne propia, sin tirar de lo que dejaron hecho.
Mal, a la fuerza y por decreto. Pero hecho.
Ahora será nuestro turno. Y ya verán qué palo.

5 comentarios:

  1. Enhorabuena por el texto! Pues si, trsitemente, es así. Y los jóvenes nos llevamos la peor cara de esto...nos culpan de no saber administrarnos, de que ahora nos "consienten" demasiado, tanto que no sabemos luego echar a volar sin ayuda.
    Pero es que actualmente no hay ayuda por ningún sitio...todo son deudas, contratos basura, hipotecas que te hipotecan el resto de tu vida...Y cada vez vamos a peor. Hay que prepararse para lo que viene, porque este sólo es el principio de la crisis que nos acecha.
    ¿De dónde sacaremos el dinero entonces?

    Un saludo!

    ResponderEliminar
  2. Enhorabuena por el texto! Pues si, trsitemente, es así. Y los jóvenes nos llevamos la peor cara de esto...nos culpan de no saber administrarnos, de que ahora nos "consienten" demasiado, tanto que no sabemos luego echar a volar sin ayuda.
    Pero es que actualmente no hay ayuda por ningún sitio...todo son deudas, contratos basura, hipotecas que te hipotecan el resto de tu vida...Y cada vez vamos a peor. Hay que prepararse para lo que viene, porque este sólo es el principio de la crisis que nos acecha.
    ¿De dónde sacaremos el dinero entonces?

    Un saludo!

    ResponderEliminar
  3. Gracias Sara.

    Lo que pasa aquí es que hemos dejado de ser clase media para ser clase baja y no nos hemos dado ni cuenta.

    Eso es lo malo.

    besoooooooooos

    ResponderEliminar
  4. Yo me voy haciendo a la idea de que voy a tener a mis hijos en casa hasta que hinque el pico.

    Saludos.

    ResponderEliminar
  5. Yo también tengo un título cogiendo polvo en lo más alto del armario. En los tiempos que corren... uno no sabe muy bien a qué clavo agarrarse. Al final van a resultar que todos arden.

    Saludos

    ResponderEliminar