01 junio 2008

Desentierros



Si en el castillo, en vez de desenterrar muertos medievales los sacásemos de la guerra civil, con su correspondiente historial de represaliados, asesinados y muertos políticos, nos lloverían las subvenciones y no se caminaría por Zamora de tantas cámaras y periodistas de todos los medios nacionales como cubrirían el suceso. Así, la alcaldesa se va a ver negra para que los hallazgos se conozcan fuera de nuestra tierra, y por mucho empe o que le ponga conseguirá a duras penas que un par de suplementos culturales se hagan eco de los restos encontrados.
Hay que ponerlo todo de nuestra parte para que los trabajos sigan. Hay que hacer lo que sea, con el papelo que haga falta, y retorciéndole el apéndice que sea necesario al se or Herrera para que los trabajos sigan adelante.
El dinero hará falta para otras cosas, no lo dudo, pero si en Zamora no nos preocupamos de sacar a la luz restos históricos, ¿qué quieren que explotemos?, ¿las conocidas industrias químicas de las afueras?, ¿las refinerías petrolíferas del Duero?, ¿la industria automovilística de los Llanos?, ¿las cataratas del Tera?
Las cosas son como son: Zamora es una ciudad peque a, con unas cuantas joyas artísticas de primer orden y nuestro punto de partida, el ancla a la que debemos fijar el desarrollo es ese patrimonio heredado. Donde tienen playa, se agarran a la playa; nosotros tenemos que agarrarnos al turismo cultural como a un clavo ardiendo, para luego, con los pocos o muchos recursos que esa actividad vaya generando, ir creciendo en otros sectores.
Tal y como estamos, no hay duro mejor invertido que el que se meta en dar a entender a la gente que aunque ya viese Zamora hace ocho, diez o veinte a os, hay algo nuevo que ver. Algo nuevo, atractivo, y difícil de encontrar en otra parte; y que además está ahí al lado.
Esto puede ser un poco como lo de aquel Luis II de Baviera al que apodaron el loco porque se fundió los dineros del presupuesto público en levantar castillos de cuentos de hadas. Loco estaría, y a lo mejor no les faltaba algo de razón a los bávaros cuando se mesaban las barbas por el dispendio, pero los castillos de Luis el Loco se han amortizado como cuarenta o cincuenta veces a fuerza de recibir visitantes, y eso, sin contar lo que los visitantes han dejado en toda la región y en Alemania entera.
Nosotros, por una vez, haríamos bien en estar un poco locos y meter en esas piedras lo que nos hace falta en otros lados.
Visto que la cordura, el ahorro y la austeridad de nuestras gentes no nos han sacado nunca de pobres, seamos un poco locos y que sea lo que Dios quiera.
¿No les parece?
Foto: Castillo de Neuschwanstein, Alemania. http://www.armansphotography.com

5 comentarios:

  1. Las señas de identidad de un pueblo se hallan en su cultura y de lo que de ella arrastran y conservan.
    En la negación de ellas y su investigación se encuentra la negación a sí mismos y eso me recuerda al Alcázar de Segovia, que también se las trae, imitando.

    Un saludo.

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  2. Puesto que la producción industrial se va a China, la ingeniería y el software a la India y la de alimentos no sé a dónde (dado el aspecto y el sabor, no me extrañaría nada que viniesen de Marte), lo mejor que se puede hacer es potenciar el turismo.

    Por cierto, a parte de desenterrar huesos viejos, también se podía promocionar la calle de los Herreros (a lo mejor, alguno lo encuentra más interesante).

    Saludos.

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  3. Lo malo de las señas de identidad es que a veces hay que inventar las que no hay y eso exige erradicar las existentes.

    Afortunadamente no es nuestro caso, Susy...

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  4. Es que hay sitios, Juan Carlos,q ue como no potencien el tursmo tendrán que subvencionar los cementerios, cuando el resto se llene y no haya donde enterrarse, proque otra cosa...

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  5. Anónimo8:51 p. m.

    me encanta que haya zamoranos que aún tengan ánimo, adelante.

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