03 junio 2007

Samaritanos con trabuco



Así, como quien no quiere la cosa, se aprobó hace unos días la nueva Ley del Suelo, una Ley que según Zapatero tiene que ser el pilar sobre el que se asiente el derecho de los espa oles a disponer de una vivienda digna.
Como siempre, la intención suena bien, pero en cuanto se echa un vistazo a la Ley la cosa empieza a oler a chamusquina. A cuerno quemado y chorizo triunfante, para ser más exactos.
Porque resulta que ahora, tras la entrada en vigor de la nueva ley, todos los suelos serán rústicos hasta que no se califiquen de lo contrario, y lo serán con independencia de dónde se encuentren. Parece cosa de poco, pero tiene su importancia: ahora como todos los suelos tienen carácter rústico hasta que la administración competente los considere urbanoso, esta administración, u otra cualquiera, puede expropiarlos para supuestos fines de interés público y pagarlos a precio de terreno agrario.
Con esta ley se deja completamente indefenso al que haya comprado un suelo y vea como al expropiárselo para un pantano, una carretera, un jardín o una promoción oficial, se lo tasan a ochenta céntimos o a un euro el metro cuadrado, que es la tasación de las fincas agrarias en Espa a.
Hasta ahora se podía reclamar el precio de mercado, pero con la entrada en vigor de esta ley no hay reclamación posible porque el terreno es efectivamente agrario hasta que el ayuntamiento decida otra cosa.
Los efectos podemos verlos enseguida: se harán los parques y jardines en los solares de los que no sean afines al partido de turno. Se amenazará con la expropiación al que no pague las comisiones oportunas, y todo, además, quedando bien con los ciudadanos, porque se dirá que es para bien social y beneficio de todos.
¿Qué constructor medianamente honrado se va a arriesgar ahora a comprar un solar para construir dentro de unos a os si el ayuntamiento, o la Junta, o san Periquitín del Monte le pueden expropiar lo que compró y pagarle a ochenta céntimos?
Esta ley, como otras muchas de las que estamos viendo, nos acerca un poco más al imperio del terror; al te callas o te arruino; al pagas o revientas.
Esta ley, como otras muchas de las que estamos viendo, es un ejemplo más de la avidez socialista por criminalizar al que tiene algo, lo que sea, y buscar pretextos de todo tipo para echar mano de lo ajeno.
Y en el fondo, bien pensado, deberíamos alegrarnos, porque dentro de nada nos robarán ya sin buscar justificaciones. Nos robarán porque sólo el muerto de hambre es intachable, mientras que el que tiene algo es porque ha sido un canalla y un miserable.
Esta gente quiere ser Curro Jiménez, que robaba a los ricos para dárselo a los pobres. Y quieren además convencernos de que esa es una postura ética cuando, la verdad, es la única posibilidad rentable.
Más que nada porque robar a los pobres es un negocio de mierda.
Me jodo yo en estos samaritanos.

2 comentarios:

  1. No conozco nada de estos temas urbanísticos, amigo Javier. Pero la ley anterior ha sido una puerta abierta a la especulación más desvergonzada y tercermundista de la que se han aprovechado concejales de cualquier signo político a costa de la lógica ultra rigidez de la demanda de un bien de primera necesidad.

    Zapatero no es el tipo más listo de España, no creo que eso lo dude nadie a estas alturas. Pero es matemáticamente imposible que la cosa salga peor que lo que hizo el pseudo-liberalismo de la ley anterior, presentada al congreso de entonces por quien entonces era ministro de administraciones públicas

    ¿alguién recuerda el nombre de ese ministro, de ese semejante portento intelectual, prócer del liberalismo?

    :)

    Un saludo, amigo Javier!

    ResponderEliminar
  2. No sé, amigo lagarto, pero yo soy de la opinión de que si todos los puñeteros terrenos fuesen edificables nadie se haría rico recalificando.

    Y la verdad, no me creo que se edificase todo. Lo malo es que hay un tío que gana 500 € y tiene acceso a un sello que puede dar a ganar a alguien 30 millones. Y entoncespasa lo que pasa. Eso e slo malo, creo.

    peor bueno no ha habido ni uno. En eso de acuerdo.

    salud

    ResponderEliminar